CADA RECTOR TIENE SU AFICIÓN

Los rectores de 55 universidades españolas han abandonado su perfil institucional para confesar sus aficiones, algunas realmente curiosas, aunque los deportes se llevan la palma y, por supuesto, la lectura aparece común en muchos, lo que se les supone. Por ejemplo, según un reportaje de La Gaceta Universitaria, el rector de la Universidad Oberta de Cataluña, Gabriel Ferraté, colecciona ranas y posee cientos de figuras, hasta una viva, un ejemplar australiano que cuida y alimenta a diario en su despacho. Su colega el responsable de la Universidad de Barcelona, Joan Tugores i Ques, es un gran aficionado a La guerra de las galaxias, porque le parece apasionante ver los paralelismos entre la historia mundial y la saga, mientras que Antonio Pérez Prados, de la Universidad Pública de Navarra, guarda y repara calculadoras antiguas y Carmen Ortiz, de la de La Rioja, pinta y cocina por placer, lo que también le gusta al de Gran Canaria, Manuel Lobo, que disfruta elaborando platos de los que se comen con cuchara, como el potaje canario. Enrique Otero, de la Rey Juan Carlos, de Madrid, pinta y hace poesía, mientras que en la piscina de la Autónoma madrileña puede ser frecuente ver al rector, Ángel Gabilondo, haciendo unos largos. El de la de Alcalá, Manuel Gala Muñoz, es un amante del arte africano, y el de la de Córboda, Eugenio Domínguez, de la construcción de maquetas. Marceliano Arranz, rector de la Pontifica de Salamanca, cuida cactus. Y así, hasla los 55.