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Entrevista:CALIXTO SÁNCHEZ | Cantaor

'Antonio Machado se resigna ante la desgracia y, a veces, se ríe ante la muerte'

En la historia del flamenco ha habido muchos cantaores con fama de filósofos: Manuel Torre, Juan Talega o el mismo Antonio Mairena. Algo de eso tiene también Calixto Sánchez que, con el mismo empeño que ponía Demófilo, ha pretendido retratar en su último disco un período de la historia de España a través de Antonio Machado. 'El disco es como un pequeño espectáculo guiado por fotos que enmarcan la vida del poeta desde niño hasta poco antes de su muerte. A través de sus poemas se reflejan los desastres del enfrentamiento civil desde la óptica de una familia'.

En Antonio Machado: retrato flamenco Calixto Sánchez, muy bien acompañado por Manolo Franco, ha escogido poesías autobiográficas, proverbios y cantares cuidando de que exista una relación entre el contenido y la forma musical, el palo. 'Antonio Mairena decía que, en el flamenco, cada copla tiene su aroma, su olor a fiesta, a resignación, a drama, a tragedia. Por eso en este disco hay soleá, tientos, rumbas o romance pero no hay seguiriyas, porque Machado no es trágico; se resigna ante la desgracia y, a veces, incluso se ríe ante la muerte cuando le llega a un individuo como Don Guido, como hace la gente con quien ha sido muy malo'. A Don Guido le ha tocado en el disco el compás de chuflas-bulerías.

La inmersión en el mundo de los clásicos no es una novedad en Calixto Sánchez. Su disco anterior, De la lírica al cante, buceaba en la poesía de Bécquer, Villalón, Lorca, Alberti... 'Ese disco fue muy distinto. Allí se trataba de hacer una serie de cantes que sacaran lo flamenco de nuestra poesía y, sobre todo, de la que produce la Generación del 27 porque muchos de aquellos poemas eran en realidad coplas desarrolladas. El romance de la Pena Negra, de Lorca, podría ser el desarrollo de una soleá: 'Mi pena es mu mala / porque es una pena / que yo no quisiera / que se me quitara'. Por otra parte, en Bécquer hay mucho flamenco. La rima '¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos!' tiene estructura de seguiriya; Pedro Bacán me decía que Del salón en el ángulo oscuro... podría cantarse perfectamente por tientos como 'Adios patio de la cárcel / rincón de la barbería...', explica.

Ése es el palo que lleva Yo voy soñando caminos. En los círculos académicos la poesía culta y la popular han vivido separadas y, normalmente, se ha calificado de esto último a la copla flamenca. Calixto Sánchez parece decidido a borrar esa disyunción. 'Entre la poesía de muchos de nuestros poetas y la flamenca hay muy pocas diferencias porque en Andalucía lo popular está muy tamizado, pasado por filtros, es algo bien hecho. Hay autores que también se enlazan entre ellos y con el flamenco tradicional. Entre Villalón y Alberti hay tantas conexiones que, a veces, no sé si estoy cantando a uno, a otro o una copla popular: 'Yo no entiendo tu saber / podadera, podadera / que la flor que sobresale / la cortas con la tijera', relata.

'Por otra parte, los cantaores siempre han intercalado coplas diversas, estrofas de romances como el del Conde Olinos, cantes que provendrían de moriscos o de negros... 'Aunque mi color es negro / no es color que quite fama; / un zapato negro luce / el pie de una hermosa dama'. La Historia de toda esa gente, igual que la de los gitanos, falta en la de España o en la de Andalucía pero está en las coplas', dice el cantaor.

'Las coplas antiguas son partituras que hemos heredado, que encierran mucho y pueden tomarse desde muchos puntos de vista, pero ellas solas nos van diciendo por dónde hay que cantarlas. Sin embargo, cuando se escogen poesías de Bécquer o de Villalón es el cantaor el que debe intuir el palo que les corresponde y tratar de limarlas para realizar artesanalmente lo que con la poesía tradicional ha hecho el tiempo', asevera.

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Calixto Sánchez, que parece haberse liberado de un peso al dejar su puesto de director del Centro Andaluz de Flamenco, está en plena ebullición creativa. Ultima en estos momentos un monólogo sobre la poesía de tradición oral: pregones, cantos de trilla, nanas, tonás, saetas, romances de ciego, cantos de ánimas...

'Éste ha sido un trabajo apasionante con cantes que, en buena parte, he ido recogiendo yo mismo por muchos pueblos. A veces los pregones son los mismos en sitios muy distantes porque eran de herreros o de vendedores ambulantes. El Ensayo sobre la literatura de pliego de cordel, de Julio Caro Baroja, me ha servido de mucho y la idea la tomé de un monólogo de El Brujo'. Lo finaliza en 1865 con Silverio en el Teatro Principal de Jerez. Una actuación que salvó económicamente a la empresa pero irritó a muchos biempensantes

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