La revolución silenciosa de Olabe
El técnico de la Real saca a su equipo del fondo de la tabla con un par de retoques en defensa y nuevos métodos de entrenamiento
Siete jornadas más y Roberto Olabe podrá regresar con sus juveniles, abandonar los focos de Primera y centrarse de nuevo en los proyectos de futbolistas que manejaba hasta hace quince días. Quizá le resulte más fácil moldear jugadores sin curtir, lo agradezca incluso, pero entretanto, el entrenador de la Real Sociedad está demostrando que no era imposible ordenar el juego de la primera plantilla.
La revolución silenciosa de Olabe tiene mucho que ver con su humildad, ganas de trabajar y sentido común. Antes que él, Toshack parecía haber renunciado a enderezar el paso de un equipo que, por tercer año consecutivo, resbalaba hacia Segunda. 'Es cosa de psicólogos', llegó a apreciar el galés, coartada en la que se escudó para dimitir de una parte de sus obligaciones. Olabe ha llegado para sacar de la consulta a los jugadores y ponerlos a sudar en el campo de entrenamiento: 'Ahora entrenamos más y mejor', resume Kovacevic. 'Todo el mérito es de los jugadores, que con su capacidad de trabajo y sus ganas están dando la vuelta a una mala situación', replica Olabe. El técnico tiene parte de razón: sus jugadores no le hacen ascos a sus sistemas de preparación, tan modernos que algunos ni los entendían. Los había que ponían cara de póker y miraban sorprendidos los conos dispuestos sobre el césped: no sabían qué hacer con ellos, ni para qué. Otros, a su lado, se entrenaban pendientes del pulsómetro, como si se tratasen de ciclistas o fondistas. Por lo menos, se reían. Más que antes. Dos semanas después, los métodos de entrenamiento de Olabe han calado hondo. Pero no tanto como los escasos cambios introducidos en el equipo titular. Olabe ha desecho el tándem de centrales Kvarme-Luiz Alberto y tan sencillo gesto ha apuntalado la defensa donostiarra, una de las más goleadas del campeonato. Toshack nunca quiso disolver tal pareja, dos apuestas suyas; Olabe sí, y la Real no ha encajado un gol en los últimos dos encuentros, los primeros sin Toshack.
Sólo Kvarme, que sobrevive como titular, se mantiene impasible y no ve diferencia entre uno y otro técnico: 'No se trabaja más sino distinto', dice. Tampoco aprecia mejoría tras el cambio de pareja: 'No hay nunguna diferencia por jugar junto a Luiz Alberto o junto a Jauregi'. Este último ha irrumpido con fuerza en el centro de la defensa, pese a su juventud, varias lesiones y una cesión al Éibar. Jauregi opina que la explicación del cambio está en los detalles: 'Nos ha transmitido [el cuerpo técnico] la necesidad de que hablemos entre nosotros dentro del campo, algo que mi posición me permite hacer y que yo me tomo como una responsabilidad', analiza.
Olabe define el fútbol como una cuestión de 'equilibrio', virtud que la Real desconocía hasta hace nada. Su desastrosa defensa arruinaba un domingo sí y otro también todos los beneficios extraídos de un ataque más que solvente, brillante a ratos, pero insuficiente para compensar los desatinos defensivos. Por primera vez en meses, la Real ha dejado de sufrir ataques de pánico tras adelantarse en el marcador. En Son Moix, para tapar a un Mallorca que se presentó con dos delanteros, Olabe colocó una novedad: un tercer central, Gurrutxaga, línea con la que trabajó durante toda la semana. Un trabajo previsor justificado horas antes del partido: 'Tenemos que prever cualquier situación desconocida, por si necesitamos tirar de algo distinto', explicó Olabe. Sencilla lógica del fútbol. Además, Kovacevic se fabricó dos goles cuando más lejos de su recuerdo parecía: 'Estamos trabajando muy duro en los entrenamientos y esto me está ayudando a coger la forma cuando más lo necesita mi equipo', considera el delantero.
Olabe sólo antepuso una exigencia a la hora de hacerse con el equipo: sus jugadores debían asimilar de inmediato la necesidad perentoria de ganar cinco de los nueve encuentros que les separaba del final de Liga. Después, el técnico se centró en explotar las virtudes de la plantilla, a su juicio, 'mayores que sus defectos'. De seguido, se puso a trabajar entre semana: 'Intentamos que haya intensidad y ritmo para que los jugadores lleguen al domingo en plenas facultades. Luego, que el equipo resulte más o menos seguro no responde a ningún secreto especial, son cosas del juego que unos días se dan y otros no'. 13º en la tabla, la Real ha igualado su mejor clasificación de las dos últimas temporadas. Ahora es el mejor de los ocho peores conjuntos de Primera.
El Depor, sin Tristán
Irureta y Olabe coinciden: las indiscreciones de la prensa merman su trabajo. El técnico del Deportivo se ha pasado media semana disertando sobre el Barcelona, al parecer interesado en contratarle. El entrenador de la Real sólo deseaba explicar a los suyos que la visita del Deportivo es el mejor trampolín para la permanencia. En cambio, la posibilidad de que su directiva fiche a José María Amorrortu (ex director de la cantera del Athletic) le ha perjudicado: 'La preparación para este partido ha sido atípica', se quejó ayer. Irureta no podrá alinear a su equipo de lujo, ya que no estarán los sancionados Tristán y Scaloni. Olabe prescindirá del libre en defensa para sumar un mediopunta. Real Sociedad: Westerveld; Rekarte, Kvarme, Jáuregi, Aranzábal; X. Alonso, Idiakez; Tayfun, Koklov, De Pedro; y Kovacevic. Deportivo: Molina; Héctor, César, Naybet, Romero; Sergio, Mauro Silva; Víctor, Valerón, Fran; y Makaay.
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