El velado fulgor de Joan Brossa
Mientras el común de los autores dramáticos cultivaba los géneros mayores (caballo grande, ande o no ande), Joan Brossa, poeta, le hacía un guiño cómplice a espectáculos marginales y fuera de prestigio: en el transformismo, la prestidigitación y el striptease encontró la inspiración de su teatro irregular, una rica veta cuyas posibilidades escénicas están empezando a ser exploradas. En estos momentos hay no menos de media docena de compañías que tienen espectáculos inspirados en obras del autor catalán. El Espai Joan Brossa, de Barcelona, agrupa tres en un ciclo que se celebra del 14 de marzo al 28 de abril.
El primero es Kont-Arte (del 14 al 24 de marzo), montaje visual inspirado en las piezas de teatro irregular y los stripteases que la revista Pipirijaina publicó a comienzos de los años ochenta, y en la poesía visual y los poemas objeto de Brossa. Sus autores son Itsaso Azkárate, Karlos Odriozola e Iñaki Mata, que integran la compañía Taun Taun, de Vergara. 'Nos gusta el modo en que Brossa miraba su época, su coherencia, su modo de ser tan niño e iconoclasta en todo lo que hacía', explica Itsaso. 'Sus obras nos han abierto camino para trabajar con luces, sombras y objetos, para crear momentos mágicos, como cuando un paraguas protagoniza un striptease o un par de zapatos cobran vida'. La música es de Koldo Lizarralde.
Brossa als ulls (Brossa en los ojos), que se representa del 2 al 21 de abril, debía haber sido un simple recital de poesía elaborado por encargo de un centro cívico, pero las actrices Mercè Rovira y Lali Feliu y la directora Àngels Aymar se lo tomaron muy en serio, lo llevaron más allá, y acabaron estrenándolo en la pasada edición del Sitges Teatre Internacional.
La crítica destacó la frescura del espectáculo, que está estructurado por temas (poemas de lo cotidiano, de amor, nocturnos, humorísticos y juguetones, visuales), y la enorme complicidad de las intérpretes.
Cierra el ciclo VasmésdepressaqueFrégoli (Vas más deprisa que Frégoli, pero léase junto), de la compañía mallorquina Teatre-Mag, cuyo título se refiere a la frase que una de sus abuelas decía a Brossa cuando, de niño, se empeñaba en hacer doce cosas a la vez . 'Hemos recogido la parte más radical de su poesía escénica, sus críticas al poder y a la Iglesia, su magia, y la hemos puesto en escena a un ritmo muy rápido, con cambios constantes de personaje', explica Jordi Pallarés, que es artista plástico y conoció a Brossa de cerca.
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