'Lo difícil con un Ferrari es no subir al podio'
Que nadie le busque en la parrilla de salida de uno de los grandes premios de esta temporada porque no estará. En la tarjeta de presentación de Fernando Alonso, de 20 años, piloto de fórmula 1, figura la palabra probador desde que Renault, su equipo, decidiera rescatarle del Minardi, con el que corrió la pasada edición del Campeonato del Mundo, y convertirle en su primer probador. Alonso fue considerado el curso pasado por una prestigiosa revista internacional, AutoSport, como el tercer mejor piloto, sólo por detrás del alemán Michael Schumacher y del británico David Couthard. Todo eso lo logró a los mandos de un Minardi, un coche de segunda fila que nunca le permitió salir de las últimas posiciones y que le dejó tirado un puñado de veces.
'Voy a sentir un coche potente en mis manos y a hacer el doble de kilómetros que en 2001'
'Sigo creyendo que puedo ganar el Mundial y lo digo. Otros lo piensan, pero se lo callan'
Pregunta. ¿Cómo explica al aficionado que dejar de ser piloto oficial para serlo de pruebas es todo menos un paso atrás?
Respuesta. Muy fácil: es un cambio importantísimo en mi carrera. Llevo compitiendo desde los tres años, cuando corrí mi primera carrera en karts, y será la primera vez que no estaré en ninguna carrera. Será extraño. Me sentiré raro en el primer gran premio. Pero será decisivo para el futuro.
P. Su proyección ha sido espectacular. ¿Asume su nueva situación a conciencia?
R. Cuesta asumirla porque es un cambio muy grande. Pero la he asimilado. Sé el trabajo que debo hacer este año, el que hice el pasado y el que me espera el próximo. Cada año te marcas unos objetivos. El pasado era un año de aprendizaje. Lo único que debía hacer era dar muchas vueltas, hacer kilómetros. Pero ya le puse una cruz, ya pasó. Este año tendré que hacer muchos kilómetros, aprender a estar dentro de un equipo grande, acoplarme a su forma de trabajar y comenzar a sentir un coche potente en mis manos. Estamos empezando. Al final, pondré otra cruz. Y en 2003 el objetivo será distinto. Espero poder correr con Renault, tener un asiento aquí, y con un coche muy competitivo, como va a ser el Renault, intentar meterme en la lucha con Ferrari, McLaren y Williams y pelear por algo más que por acabar las carreras.
P. Seguramente hará muchos más kilómetros que la temporada pasada.
R. El doble. En 2001 hice 7.000 kilómetros con Minardi. Este año haré unos 15.000. Y, además, estaré evolucionando un coche como el de Renault. Me gusta.
P. ¿Sintió frustración cuando veía pasar a sus rivales y notaba la precariedad de su Minardi en la pista? Ya comentó que no competía contra los pilotos, sino contra las marcas de sus bólidos.
R. Ahora lo sigues haciendo. En la F-1 actual, cuando te pasa alguien, te pasa su coche. Las diferencias son demasiado grandes en las máquinas, no en los pilotos. También dije que ningún piloto quiere que le adelante un Minardi. Pero eso es algo normal. Y pasa en todas las disciplinas deportivas: ni el Madrid ni el Barcelona querrán que les gane un segunda b.
P. Siempre intenta buscar aspectos positivos a todas las situaciones. Pero correr con un Minardi debió de ser duro para un ganador como usted.
R. Sin duda. Pero mi experiencia me ha permitido conocer bien todos los circuitos. El objetivo no era ganar carreras ni luchar por nada. Por eso lo llevé un poquito mejor.
P. En cambio, al final de la temporada, prestigiosas revistas le situaron como el tercer mejor piloto del año.
R. Al final, las cosas salieron bien. Estuve el 98% de las veces por delante de mi compañero de equipo [Tasio Marques]. Y eso es difícil con coches iguales. Mi única referencia era Marques y le superé a él y a otros coches con más presupuesto. En Indianápolis llegué delante de Villeneuve, en Japón acabé el 11º entre 16 coches. Está bien.
P. La batalla fundamental en F-1 es siempre contra el compañero de equipo. Como piloto de pruebas, ¿lucha también contra los dos pilotos oficiales?
R. No tanto. En las carreras, sí. No te llevas mal. Pero no miras a los cinco primeros porque no son tu lucha. Cada uno mira su tiempo y el de su compañero. Ahora es distinto. La semana pasada, por ejemplo, probé en Barcelona y lo hice con neumáticos usados. Probamos frenos, diferentes discos, distinto grosor. Son cosas que no apetece hacer. Lo que te gusta es lo que hizo But-ton en Montmeló, que puso 15 juegos de ruedas diferentes, de 15 tipos distintos, y a ver cuál es la más rápida. Entonces, los tiempos salen seguro. Pero ahora ésta no es mi batalla.
P. ¿Se puede asumir como propio el éxito o el fracaso de Trulli y Button siendo piloto de pruebas?
R. Puedes, pero yo no soy de ésos. Supongo que Renault irá bien este año. Yo intentaré hacer lo que pueda, pero si alguno de mis compañeros hace algo grande no será gracias a mí. Si cogen a otro probador, los resultdos serían los mismos. No quiero que fracasen. El coche evoluciona porque hay mucho presupuesto y ganas de mejorar. Eso es lo que hace avanzar. Mucho más que tu trabajo en la pista. Puedo cuantificarlo en un 10%.
P. Se dice que Button está bajo sospecha para Briatore, jefe del equipo Renault. Igual de aquí a unas semanas le prefiere a usted.
R. Ésa no es mi lucha. Sé donde estoy y soy piloto de pruebas. No me planteo otra cosa.
P. ¿Sigue creyendo que si colocara a los cuatro primeros pilotos del mundo en los cuatro peores coches llegarían los últimos?
R. Sí. Llegarían los cuatro últimos. No sé lo que pensarán los demás, pero a mí no me mueve nadie de ahí.
P. Sin embargo, casi todos los pilotos creen que Michael Schumacher está un peldaño por encima de los demás.
R. No me gusta decir eso. Todos tenemos nuestro orgullo. Pienso que es superior a sus competidores directos, a aquéllos que tienen coche para estar arriba. Es el gran favorito. Tiene unas cualidades de conducción muy buenas. Es muy rápido. Pero lo mejor es la constancia que tiene: durante una carrera puede mantener el mismo ritmo, con neumáticos nuevos o usados. Él cambia la conducción para adaptarla al coche y sacar el máximo partido. Otros pilotos no lo logran. Es el más completo. Es el jefe.
P. Comprométase un poco. Si le dieran el Ferrari de Schumacher, ¿se ve capaz de hacer lo mismo que él?
R. Ahora mismo no. No me veo haciendo lo mismo que él, sino haciendo otras cosas. Algunas mejores y otras peores. Pero quedarse fuera del podio con un Ferrari es difícil, muy difícil, se suba quien se suba al coche.
P. Algunos aficionados ya deben de estar un poco hartos de esa especie de dictadura, a nivel de resultados, que ejerce Schumacher. ¿Ve a algún piloto que le pueda frenar? ¿Montoya, por ejemplo?
R. Depende del Williams y del Ferrari. Si su coche funciona bien, Montoya tal vez sea el único que puede plantarle cara. Si le va mal, no veo a mucha gente.
P. ¿Cómo se explica la apuesta que hace Briatore con usted?
R. Nunca tocamos este tema con él. Desde el primer momento le caí en gracia y siempre me ha dado su apoyo. Es mejor tenerle como amigo que como enemigo en la F-1.
P. Siempre afirma que está en la F-1 para ganar, no para hacer amigos.
R. Tengo 20 años y quiero ganar. Si no, cambiaría de profesión. Venir sólo para correr es perder el tiempo. El único problema que tiene este deporte es que para ganar hace falta mucho tiempo. En tenis, por ejemplo, si tienes cualidades y le pones ganas, algún día estás listo. Aquí la perspectiva es a dos, tres, cuatro años, o más.
P. Es difícil imaginar a un tenista esperando 15 años para ganar Roland Garros.
R. En cualquier deporte, vales o no vales. Aquí nunca lo sabes. Puedes preguntar si los 22 pilotos que hay en la F-1 valen o no y la gente tiene dudas. ¿Villeneuve? Se pensaba que sí, pero este año no se sabe. ¿Panis? Comparado con Villeneuve, sí vale, pero respecto a otros tal vez no. Y puedes ampliar el análisis. Es complicado. Y te quedan 15 años para intentarlo. A todos los que están ahora en la F-1, tengan 25, 30..., a Pedro de la Rosa, a Marc Gené, a Salo, bueno éste ya se ha pasado de rosca..., puede llegarles su oportunidad. Si entras en un equipo que acierta con el chásis y tiene un buen motor, puedes ganar.
P. ¿Estará a punto el Renault en 2003 para ganar carreras?
R. Imposible saberlo. Supongo que el año pasado no pensaban que irían tan mal al principio ni que al final irían tan bien. El coche es una incógnita para este año y el que viene. El motor, éste tan revolucionario (por la inclinación de los cilindros), sí que estará listo para ganar. Quizá no sea el mejor motor, pero Ferrari tampoco lo tiene y, sin embargo, gana carreras.
P. Entonces, ¿también es de los que piensa que el mejor motor lo tiene BMW?
R. Ésta es una opinión generalizada. Al menos, lo tenía al final del año pasado. Si BMW tiene 850 CV como dicen y Ferrari tiene 835 CV, pero los aprovecha mejor porque el coche se agarra más y puede acelerar en las curvas mientras que el BMW no se agarra, gana Ferrari. Creo que la lucha arriba será la misma. McLaren no sé si estará para ganar, pero estará ahí, junto a Ferrari y BMW.
P. ¿Sigue creyendo que algún día ganará el título mundial?
R. Pensándolo, sí. Como todos los pilotos. Yo lo digo porque lo creo y soy más directo. Otros no se atreven, pero lo creen. Y si no lo piensan, malo.
P. ¿Se ve conduciendo un Renault en alguna carrera este año?
R. No. No me llama, porque me he centrado en mi tarea de probador. No es que no tenga ganas, pero estoy muy mentalizado sobre mi función. Y completaré así una buena formación. Si debo competir, no estaré tan preparado como en 2003, cuando, si todo va como espero, empezaré a entrenarme en diciembre para llegar a punto a marzo. El próximo año no me planteo ser probador. O correré aquí o volveré a ir cedido a otra escudería.
P. ¿Cree como De la Rosa que el piloto debe asumir un poco el papel de payaso, de showman?
R. Un poco sí que lo debes ser. Hay 600 tíos trabajando en un equipo para sus dos pilotos, que son su imagen. Debes ser simpático con todos, diferente, atrevido, loco..., para que la gente disfrute contigo. Pero en la pista cada uno es como es, con su propia personalidad. Yo me siento mucho más deportista que actor.
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