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Odiado por sevillano

El entrenador abandona el Jaén hostigado por la afición

Ginés Donaire

'Si el problema soy yo, se acabó el problema'. Francisco López Alfaro emprendió ayer rumbo a su Sevilla natal tras una experiencia nada gratificante en el banquillo del Jaén. Su huida no fue por cobardía -lo hizo después de ganar el sábado en Elche, 1-3, y dejar a su equipo varios cuerpos por delante del descenso-, sino el desenlace lógico de una historia de odio sin amor con la afición que le ha acompañado desde su llegada a principio de esta temporada.

Francisco explicó ayer que desde el primer partido de la Liga no se sintió querido por los aficionados. El distanciamiento con la grada fue creciendo a medida que se sucedían los malos resultados en casa: sólo dos victoiras y nueve de los 25 puntos posibles. 'Hay muchas cosas por detrás de ese malestar', dijo el técnico, que llegó a revelar que ha recibido varios mensajes por correo electrónico acusándole de sevillano. 'Una vez leí en una página web de una peña: ¿qué se puede esperar de un puto sevillano?', explicó, entristecido.

Además, el ya ex preparador del cuadro jiennense justificó su dimisión con el propósito de proteger al presidente que confió en él al traerle a Jaén, Juan Carlos Hidalgo, que incluso ha recibido varias amenazas por parte de aficionados que le exigían la destitución del entrenador.

Francisco, que fue nueve años jugador del Sevilla y otros nueve del Español, afrontaba en esta temporada su estreno como técnico en la Liga de Fútbol Profesional tras dirigir la pasada en Segunda División B. No cree que haya pagado la novatada o que no haya podido con la presión. '¿Presión? Presión es jugar con 21 años una final del Campeonato de Europa de selecciones nacionales o jugar con 23 un Mundial', contestó el que vistiera 20 veces la camiseta española y jugase el Europeo de Francia 84 y el Mundial de México 86.

Su carácter introvertido y serio -apenas se le ha visto sonreír en Jaén- ha podido influir en su divorcio con la afición jiennense, cree. 'Tengo una forma de ser y no me la va a cambiar nadie', dijo después de reconocer que alguien le aconsejó tomar lecciones de markéting.

Francisco ha renunciado a su contrato. Ayer emprendió rumbo a Sevilla, donde se comerá los polvorones con su mujer y sus tres hijos. Y después, ¿qué? 'De momento, retomaré mis estudios de Ciencias Empresariales', dijo antes de su salida veloz del estadio jiennense evitando saludar a los periodistas. 'En este club no hay unión ni entre vosotros mismos', dijo a los reporteros como despedida.

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