Léopold Sédar Senghor, poeta de la negritud
Poeta de la negritud y cantor del mestizaje, el nombre de Léopold Sédar Senghor responde también al de uno de los grandes actores de la descolonización africana. Después de ejercer el poder durante veinte años, se convirtió en el primer estadista de la antigua África francófona que renunció voluntariamente al cargo y se retiró a Verson, un pueblo de 3.000 habitantes en la Normandía francesa, donde ayer le sorprendió la muerte a los 95 años de edad.
Senghor decía que lo esencial de su vida residía en la obra literaria, pero eso no permite olvidar el impacto de su acción política. Nacido el 9 de octubre de 1906, en un Senegal vinculado a lo que fue el imperio colonial francés, hizo estudios superiores de literatura en París. En 1932 'inventó' la teoría de la negritud junto con Aimé Césaire, poeta y futuro diputado comunista de Martinica. 'Somos mestizos culturales porque, aunque nos sentimos negros, nos expresamos en francés', explicaba Senghor, firme partidario de 'enraizarse en los valores de su raza, de su continente, de su nación, para abrirse a otros continentes, a otras razas, a otras naciones'.
Tras permanecer dos años como prisionero en Alemania, durante la Segunda Guerra Mundial, comenzó sus tareas políticas en 1945 como diputado de Senegal en la Asamblea Nacional Francesa, sin abandonar su escaño hasta 1959. En ese periodo fue también secretario de Estado y ministro-consejero del general De Gaulle en el seno de la República Francesa.
Al igual que el tunecino Habib Bourguiba, que arrancó a Francia la independencia de su país en 1956, Senghor militó por la emancipación de Senegal, lograda en 1960. Gobernó su país durante veinte años, instaurando un clima de estabilidad y tolerancia únicos en África, aunque también mantuvo encarcelado durante doce años a uno de sus adversarios, Mamadou Dia. El 31 de diciembre de 1980 renunció voluntariamente al cargo y se retiró a Normandía, donde ha permanecido el resto de su vida junto a su segunda esposa, Colette Hubert, con salidas ocasionales a París y una última visita a su país natal en 1992. Tenía tres hijos, dos de ellos fallecidos antes que su padre.
Poeta de formas clásicas, muy occidentales, escribía versos rimados en los que se percibe la mezcla de colores, músicas o palabras del patrimonio africano. Además de su abundante obra literaria, Senghor escribió cinco ensayos políticos sobre la negritud y el diálogo entre las culturas. Había aprendido el francés en su tierra natal, con un misionero procedente de Normandía, y mantuvo siempre lazos muy estrechos con el país en el que decidió retirarse. Unánimemente reconocido como una de las grandes figuras del siglo XX, abrió a su país al mundo y se ocupó de mantener viva la lengua francesa, de cuya Academia fue miembro desde 1984. 'Decía de manera poética cosas muy precisas. Cuando él hablaba, sentíamos siempre al poeta', asegura la secretaria perpetua de esta institución, Hélène Carrère d'Encausse,
La muerte de Senghor fue anunciada ayer en el curso de una reunión de jefes de Estado de la Comunidad Económica de África Occidental. 'La causa que nos reúne aquí (la de la integridad y la unidad africanas) fue su propia causa', afirmó el presidente en ejercicio de esa conferencia, el malí Alpha Oumar Konaré, durante un vibrante homenaje a quien fue 'un gran combatiente de África y de la libertad'. En París, el presidente de Francia, Jacques Chirac, glosó la memoria de quien fue 'una de las mayores figuras contemporáneas del humanismo'. Para el jefe del Estado francés, 'la poesía acaba de perder un maestro; el Senegal, un hombre de Estado; África, un visionario, y Francia, un amigo'.-
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