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Crítica:PRIMERA FERIA MUNDIAL | FLAMENCO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Cuando la percusión es la que manda

El grupo Los Activos marca una singularidad bien señalada en el panorama del flamenco actual: la percusión es la que manda. Todos los grupos jóvenes abundan en cajones y otros instrumentos percutientes, pero lo que distingue de ellos a Los Activos es que en éstos el protagonismo es absolutamente para ellos: una o dos guitarras de vez en cuando, una cantaora y todo lo demás percusiones en primer plano, sin olvidar las palmas que siempre han sido instrumento flamenco de prestigio y aquí arrostran la responsabilidad de algún tema con sólo ellas en acción.

Lo que Los Activos hacen es un verdadero ensayo sobre la percusión en el flamenco. Porque ellos no se salen de los estilos jondos -la bulería, los tangos, la rumba, la bulería por soleá...-, a los que dan una personalidad poco habitual, pero de un gran atractivo, al darles ese tratamiento absolutamente inusual. Recuérdese, por si a alguien le quedan dudas, que la percusión ha estado siempre en el flamenco, desde los principios cuando se marcaba el compás con los nudillos sobre madera en el mostrador del tabanco, hasta ahora mismo con todo el derroche de los sonidos al uso, incluido el barroquismo de los zapateados de los bailaores.

FESTIVAL DE FLAMENCO FUSIÓN

Tomasito y Los Activos Patio Exterior Palacio de Congresos y Exposiciones, Sevilla, 7 de octubre

Los Activos son, digámoslo ya, verdaderos virtuosos en lo que hacen, que obviamente suena distinto a cualquier interpretación flamenca convencional. Es increíble la capacidad y versatilidad de todos sus miembros para dar un sentido coherente, y por añadidura de calidad, a todo lo que musicalmente hacen.

Por delante Tomasito calentó el ambiente, e incluso un buen número de jóvenes presentes en la concurrencia saltó de los asientos para bailar a su son. Tomasito es un fenómeno curioso en la música actual, en muchos temas ya distantes del flamenco. Arranca a cantar y bailar como si le hubieran dado cuerda, con una incansable aceleración, y ya no hay quien le pare. Su música es más bien monocorde, pero todo vale en un artista que hace del salto y de la contorsión, de los movimientos dislocados, parte sustantiva de su éxito.

En fin, que el público joven lo pasó en grande. Los menos jóvenes casi ni estábamos.

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