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Reportaje:FÚTBOL | Séptima jornada de la Primera División

Saviola despierta sospechas

El jugador se negó a jugar infiltrado en Riazor pese a saber que no corría ningún riesgo

Ramon Besa

Dale que te pego, el Barcelona aguantó en Riazor hasta reventar, así que los jugadores regresaron de A Coruña con el porte de héroes de guerra cuya dignidad les impedía admitir una derrota que llevaban escrita en la frente.No había jugador que no portara una seña de la refriega. Gabri acabó con un tobillo rasgado, la rodilla dañada de Cocu aparecía tan hinchada que daba grima mirarla, Reiziger se desfondó después de seis semanas de inactividad; Luis Enrique quedó fundido; Geovanni aguantó con una contractura en el abductor y hasta Alfonso jugó infiltrado.

El partido resultó tan exigente que marcó una raya entre los que combatieron y los que se dieron de baja, entre ellos Saviola. Pese a ser requerido, el argentino declinó ayer comparecer ante los periodistas, pero como quien no quiere la cosa, dejó dicho: 'Me siento mejor. Tengo aún un poco de dolor, pero mañana ya me entrenaré'.

¿Estará a punto para recibir el miércoles al Lyón?, se le preguntó. 'Espero', respondió. ¿Jugará? El pibito se rió, dándose media vuelta con su agente Cabrera Brizuela y su ayudante Diego Queiroga, y ya no abrió más la boca, como si se remitiera al entrenador.

Carles Rexach difícilmente le pondrá de titular en el próximo partido de la Liga de Campeones. El técnico desveló el viernes que Saviola declinaba jugar en A Coruña por un fuerte golpe en el dedo gordo de un pie. Quizá porque se sintió contrariado por la respuesta del jugador, Charly le delató. Acostumbrado a que el técnico le tratara como un suplente en campo ajeno, Saviola se borró del equipo el día en que su alineación dependía de su decisión. El propio médico del Barça, Ricard Pruna, confirmó ayer que el delantero argentino podía haber jugado infiltrado en Riazor. Saviola, sin embargo, descartó cualquier tratamiento agresivo y, aconsejado por sus agentes, se quedó en Barcelona.

'Está mucho mejor', abundó ayer el médico barcelonista. '¿Podía haber jugado infiltrado ante el Deportivo?, se le demandó a Pruna. Y el doctor respondió: 'Sí'. 'Saviola sabe qué es lo que tiene, sabe qué se puede hacer para que juegue, sabe que no corre ningún riesgo, pero él decide', prosiguió. 'Hay que respetar la parte humana de un futbolista, y el miércoles nos encontraremos frente a una situación parecida: o acepta jugar con dolor, o se le practica un tratamiento agresivo o no juega'.

Nadie le ha reprochado su actitud. El proceder de Saviola, sin embargo, despierta recelo en diferentes estamentos de la entidad, porque el equipo le necesitaba el pasado sábado. La falta de presencia en el área ajena es uno de los motivos utilizados para explicar la derrota, y de ahí que se crea que Saviola tomó una decisión que, sin ser un escaqueo, suena a egoísta y que contrasta con la actuación que había guardado hasta la fecha, presidida por la naturalidad con la que ha asumido su rol en el equipo, un papel menor porque el técnico entiende que Saviola 'debe madurar'. El jugador se tomó las palabras de Rexach al pie de la letra y se puso al otro lado de la línea de juego. Más que buenos o malos, en el Barça los hay que juegan con dolor y otros que no.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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