Logroño inaugura una plaza de toros cubierta con 11.000 localidades

Enrique Ponce, diestro que lleva dos años sin querer torear en Logroño, firmará hoy la primera faena que se realice en La Ribera, la nueva plaza de toros de Logroño que la familia Martínez Flamarique ha edificado en unos terrenos colindantes al Ebro. El torero valenciano compartirá este cartel que inaugura plaza y feria con El Juli y Diego Urdiales, para lidiar una corrida de toros de la ganadería de José Luis Marca.

El nuevo recinto taurino de Logroño, que se terminará de cubrir cuando acabe la Feria de San Mateo y que ha costado unos 2.000 millones de pesetas, tiene una capacidad superior a las 11.000 personas. La plaza, llamada La Ribera, destaca por la comodidad, gracias a sus asientos individuales y a la amplitud con la que están diseñados sus diez tendidos. Su aspecto interior es parecido al coso de Illumbe, de San Sebastián, pero por fuera está rematada con una galería perimetral acristalada que recorre todo el anillo y lo comunica con los tendidos, ofreciendo a los espectadores una sorprendente visión de los terrenos colindantes al Ebro.

Dos calles más abajo todavía permanece en pie la vieja plaza, La Manzanera, que pronto será demolida para dar paso a una zona residencial, en forma circular como homenaje al coso inaugurado en 1915 por Joselito, Belmonte y Saleri II, con toros de Veragua.

Ha sido la contratación de los toros de Marca una de las noticias que peor ha recibido la afición logroñesa. En un principio estaban reseñados victorinos, pero en julio saltó la noticia de que al ganadero de Galapagar se le habían estropeado dos corridas, la de la Feria de Otoño de Madrid y la de Logroño. Ante esas circunstancias se cayó del primitivo cartel inaugural Juan José Padilla, verdadero ídolo local tras haber cortado cinco orejas en la pasada feria. Y entró El Juli, que, sin embargo, se fue de Logroño entre almohadillas en su última comparecencia matea.

Diversos grupos de aficionados logroñeses coinciden en manifestar la poca solera de la divisa de Marca, dado su carácter manifiestamente comercial. Esto contrasta con el sentir torista de una plaza que hasta hace pocos años hacía de los tres puyazos su hecho diferencial, y hierros como Cebada Gago el ejemplo del toro que anhela que se lidie en Logroño. Pero también se pone en tela de juicio la idoneidad de que sea Enrique Ponce el primer matador de una tarde tan emotiva. Los mismos aficionados subrayan el dato de que en las dos últimas ferias el torero valenciano no haya querido estar presente en Logroño. La razón, según Ponce, estriba en que un determinado sector del público le increpa durante la lidia. El valenciano reconoce que no va a ser una tarde fácil, ya que se le va a exigir mucho: 'En un principio quería volver a Logroño con toros de Victorino, pero ha sido imposible y ahora aspiro a dar una buena tarde en una fecha tan emotiva. Estoy muy concienciado', dijo. Hasta el momento Logroño se le resiste, ya que es la única plaza de las de segunda y primera categoría en la que Ponce no ha salido a hombros.

Otra de las controversias que se ha suscitado es la subida en el precio de muchas localidades, fundamentalmente de sombra, que ha alcanzado en algunos casos el 7%. Sin embargo, las entradas más baratas han bajado hasta el 70%, y han salido a la venta abonos para jóvenes y jubilados; además, los peñistas pueden ver cada corrida por 1.600 pesetas.

La empresa Martínez Flamarique dice que las ausencias de José Tomás y Joselito se deben a su negativa a actuar en ferias televisadas y que 'quizás haya sido un error no contratar a Hermoso de Mendoza', que vivió muchos años en esta ciudad, donde disfruta de un gran cartel. Como Ponce y El Juli, Padilla torea dos tardes. Debutarán en Logroño Zotoluco y Javier Castaño, y el día 23 se despedirá del toreo el riojano Pedro Carra.