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Reportaje:

Un auténtico 'mini-piso'

Un particular alquila una vivienda de 7 metros cuadrados, 'con todos los servicios', por 55.000 pesetas

Oferta. Un piso con todos los servicios, lavadora, frigorífico, televisión, cocina vitrocerámica, aire acondicionado, calefacción y un baño que, aunque está fuera, es muy bonito. Junto a la céntrica plaza de España y por 55.000 pesetas mensuales de alquiler. Sólo tiene un problemilla: la vivienda mide ¡siete metros cuadrados! Eso sí, todos ellos habitables, según afirma el casero, José Gabriel Peña.

Encontrar una vivienda en el centro histórico de Madrid con todas las comodidades y a un precio asequible no es algo complicado, si se sabe buscar y se aceptan determinadas condiciones de los caseros. Ayer, la revista Segunda Mano publicó una oferta inmobiliaria díficil de rechazar para alguien que necesite una vivienda céntrica, amueblada y a buen precio. Y es que el anuncio de Peña resultaba aparentemente más que atractivo.

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Además, y a pesar de que no se señala en el anuncio, el mini-piso cuenta con agua caliente y muebles: una litera con dos camas, una mesa, dos sillas y dos taburetes. Pero estas condiciones serían inmejorables si no fuera porque sus posibles inquilinos tendrán dificultades para estirarse sin toparse con algún mueble o con las mismas paredes de la vivienda. El piso -'mini-piso' lo califica su propietario en el anuncio- sólo tiene siete metros cuadrados. 'Eso sí, habitables', reitera su dueño.

Blancanieves y los enanitos

'Es el piso para Blancanieves, pero sin enanitos, porque no cabrían', advierte Peña con cierta sorna. 'Yo no engaño a nadie y digo la verdad. El anuncio indica lo que hay: un piso pequeño, a buen precio y arreglado. Me he gastado en él más de 100.000 pesetas para acondicionarlo. Tal y como está el mercado inmobiliario, no creo que las 55.000 pesetas de alquiler sean un precio desorbitado', señala.

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Y añade: 'Lo compré hace unos años por dos millones de pesetas y, si tuviese que venderlo, no lo haría por menos de seis millones. Ésos son los precios del mercado inmobiliario hoy en día'. El propietario del piso, tras la publicación del reclamo, recibió decenas de llamadas -'he tenido que descolgar, porque no era capaz de responder tantas llamadas desde las seis de la madrugada', dice-, y se muestra bastante molesto con algunas de las personas que se interesaron por la microvivienda.

'Me han llegado a preguntar cuántas habitaciones tenía o que si lo de los siete metros era una errata. Les he dicho que le llamo piso porque se puede pisar; por tanto es un piso, aunque, eso sí, pequeño. La próxima vez, si no lo alquilo, lo llamaré mini-apartamento. Quizás el error ha estado en llamarlo mini-piso y por eso se ha generado este montón de llamadas', reflexiona.

La vivienda se halla en la quinta planta del número 23 de la calle de Leganitos, junto a la plaza de España y la Gran Vía, y no tiene ascensor, algo que no se menciona en el anuncio. 'Está en un edificio muy bonito y recientemente rehabilitado', cambia de conversación el casero cuando se le pregunta por la falta de elevador. 'Es el edificio más original de la calle. Lo único que no tiene es lavavajillas, porque no cabe, pero tiene pila y todos los elementos necesarios. Antes de que yo lo comprase, vivían dos hermanos en él, porque cuenta con una litera, mesa y dos taburetes. Incluso, si uno se sienta en la cama, puede acceder a la mesa', describe. 'Estos dos hermanos vivieron aquí hasta que se murieron', indica el propietario.

Peña, que es presidente de una asociación de vecinos de Universidad, admitió que el 'baño está fuera del piso, pero sólo a tres pasos; tiene media bañera e inodoro, aunque es interior'. Es individual y no hay que compartirlo con ninguno de los vecinos del bloque. 'Es un baño muy bonito, aunque con el techo un poco bajo', apunta.

Peña también reconoce que 'una persona muy alta tendría problemas para entrar en el mini-piso', aunque no concreta la altura de los techos. 'No recomiendo que tengan más de 1,90 de altura, porque las puertas son de 1,87', se sincera.

Sin embargo, no todos los que se interesaron por esta habitación piensan igual. 'Encontrar un piso normal en Madrid a un precio razonable es una misión casi imposible', indicaba ayer una de las personas que preguntaron por el mini-piso. 'Me indigné muchísimo cuando [Peña] me dijo que se trataba de un piso de siete metros cuadrados. Pensé que era una tomadura de pelo. Pero es que, además, no lo alquila por uno o dos meses, sino que tienes que quedarte con la habitación todo el año', señalaba, por contra, Javier, un estudiante que telefoneó tras leer el anuncio.

A millón el metro

Javier añade: 'Creí que se trataba de un piso de 70 metros cuadrados y que había una errata en el periódico. No critico a esta persona, porque dijo la verdad en el anuncio, pero esto es sólo una muestra de cómo está el mercado inmobiliario de Madrid. Me dijo que, si vendía el piso, no lo haría por menos de seis millones. Es decir, a casi un millón cada metro cuadrado'.

Peña, que reconoce que tiene varias vivendas más para alquilar -'pero éstas con más habitaciones'-, afirma que alquila el 'mini-piso' a los precios actuales del mercado. 'Es un problema de oferta y demanda y creo que el precio no es, en absoluto, desorbitado. Si a alguien le interesa el apartamento lo alquila y, si no, pues tan amigos. Aquí no ha pasado nada', sentencia.

Antonio Fernández Gordillo, portavoz de asuntos de Vivienda del PSOE en la Asamblea, cree que la 'historia del mini-piso es un reflejo esperpéntico de lo que está pasando en la Comunidad'. 'La demanda de pisos en alquiler en Madrid es brutal, y el Gobierno regional sólo ha aprobado ayudas para alquiler para 157 viviendas. Por eso ocurren cosas como esta'. 'La falta de pisos en alquiler', añade el parlamentario, 'provoca que se retrase la edad media de emancipación de los jóvenes. Mientras en Europa la media es de 23 años, en Madrid es de 31. Las razones son claras'.

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