Rivales de compromiso

El próximo miércoles, día 8, regresa el fútbol sin bostezos veraniegos. El de verdad, el oficial. Ése en el que el resultado sí cuenta. El Barcelona y el Mallorca se enfrentan ese día, en la ida de la última ronda previa de la Liga de Campeones, al Wisla de Cracovia, polaco, y el Hajduk Split, croata, respectivamente. No son dos rivales extraordinarios, pero tienen un nombre conocido que se recuerda a la primera, un pasado y algunos jugadores interesantes. 'Es el partido más importante del año', dicen en Barcelona. A su vez, en la isla balear todavía se deben de acordar de su eliminación ante el Molde, sueco, hace dos años en este mismo escalón de la Copa de Europa.

El Hajduk ha sido nueve veces campeón de la Liga yugoslava y tres de la de su nuevo país. Por su parte, el Wisla ha ganado el campeonato polaco en siete ocasiones. Ninguno de los dos se ha anotado nunca una competición europea, pero, sobre todo el Hajduk, son veteranos en los sorteos de la UEFA. Los croatas vencieron en la anterior eliminatoria al Ferencvaros, húngaro, mientras los polacos se deshacían del Skonto de Riga, letón.

'Tendremos que estar muy atentos', dijo ayer el técnico barcelonista, Carles Rexach. No es para menos. El Wisla eliminó la temporada pasada al Zaragoza de la Copa de la UEFA remontando un 4-1 adverso y provocando la destitución de Juan Manuel Lillo, entonces entrenador del cuadro aragonés.

El equipo polaco, dirigido por Franciszek Zmuda, se planta en el césped con una formación clásica: cuatro jugadores atrás, cuatro en el medio en rombo y dos puntas. Y es ahí, en el ataque, donde el Wisla cuenta con sus piezas más destacadas: Zurawski y Frankow-sky, el máximo goleador del equipo la campaña pasada. También puede jugar en punta con el nigeriano Sunday. En el centro del campo, el encargado de marcar el ritmo es Pater, internacional habitual con Polonia.

El Wisla arrastra una pequeña leyenda negra desde que en 1999 fuera castigado por la UEFA a no participar en ningún torneo europeo. El motivo de la sanción fue un grave incidente en el que el italiano Baggio fue alcanzado en la cabeza por un cuchillo lanzado desde las gradas durante el transcurso de un encuentro contra el Parma. Un precedente que no parece asustar a Rexach, que declaró: 'En su estadio creo que hay un ambiente fenomenal'.

Un ambiente parecido al que encontrará el Mallorca en Split. Allí, además de a 50.000 aficonados rivales, el grupo que dirige el austriaco Bernd Krauss, se tendrá que enfrentar a un equipo muy veterano, uno de esos grupos croatas de guerrilleros curtidos en todo tipo de batallas.

Todo el juego del Hajduk gira alrededor de Asanovic, el punto de referencia en el centro del campo. Atrás cuenta con la experiencia del central, Stimac, que militó en el Cádiz, y en la punta del ataque con la de Stanic, ex jugador del Sporting de Gijón y de la Fiorentina.