Turismo vegetal

Las especies más representantivas de la flora andaluza se encuentran reunidas, desde hace años, en el Jardín Botánico de Córdoba. Pero al margen de esta gran instalación, situada en el casco urbano de una capital, existe un conjunto de pequeños jardines repartidos en diferentes espacios naturales, llamativos oasis a los que acuden muchos visitantes.

Cada uno de ellos muestra, en su propio hábitat, aquellas plantas características de una determinada zona o, como precisan los botánicos, de un sector biogeográfico concreto. En total son nueve jardines, dependientes de la Consejería de Medio Ambiente y repartidos entre las provincias de Cádiz, Almería, Sevilla, Jaén y Granada. Siete de ellos se han integrado en una red que se completará con cuatro nuevos jardines, de manera que queden representados todos los sectores biogeográficos de la comunidad autónoma.

Estas son las referencias básicas de cada uno de estos jardines:

- El Albardinal. (Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar, Almería). Se encuentra ubicado en Rodalquilar, un antiguo pueblo minero situado a 40 kilómetros de Almería capital . Reúne una interesante colección de flora típica de las zonas semiáridas de Andalucía oriental. También muestra, mediante cultivos de secano y huertas de primor, cómo el hombre ha sido capaz de adaptar la agricultura a estas condiciones extremas.

- Umbría de la Virgen. (Parque Natural de Sierra María-Los Vélez, Almería). Al pie de La Burrica, un pico de más de 2.000 metros de altura que constituye el techo de este espacio protegido, se levanta el jardín botánico, muy cerca de la localidad de María. Se trata de una finca de 42 hectáreas en la que no se ha introducido de manera artificial ninguna especie, por lo que todas las formaciones que muestra proceden de la vegetación original. Dos senderos permiten recorrer las zonas de encinar, piornal, espinar, retamar, tomillar, lastonar y pinar.

- La Cortijuela. (Parque Natural y Nacional de Sierra Nevada, Granada-Almería). Se puede acceder desde los municipios granadinos de La Zubia y Monachil. En las proximidades del Cerro Trevenque, a unos 1.700 metros de altura, muestra la variada diversidad florística. En La Cortijuela crecen algunos de los 80 endemismos exclusivos de Sierra Nevada, la mayoría, en peligro de extinción.

- Torre del Vinagre. (Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas, Jaén). Es uno de los jardines más antiguos de la red y se levanta junto al centro de visitantes del mismo nombre, en la carretera del Tranco, cerca de la localidad de Coto Ríos. Además de incluir una representación de las formaciones vegetales típicas de las sierras jiennenses y granadinas, dedica una parcela a los endemismos de estas zonas, como la violeta o el geranio de Cazorla, que en la naturaleza se encuentran muy dispersas y poco accesibles.

- El Castillejo. (Parque Natural de la Sierra de Grazalema, Cádiz-Málaga). Situados en las afueras de la localidad gaditana de El Bosque, el jardín muestra la vegetación típica del sector que se extiende desde la Sierra de Grazalema hasta la de Loja, en donde crecen algunos de los escasos pinsapares que existen en Andalucía. Éste es uno de los endemismos de El Castillejo junto a especies también exclusivas, pero menos conocidas, como la vistosa amapola de Grazalema.

- San Fernando. (Parque Natural de la Bahía de Cádiz). Ocupa las instalaciones de un antiguo vivero que antes fue huerta, en el mismo casco urbano de San Fernando (Avenida Pery-Junquera). La parte central del jardín está dedicada a las especies vegetales características de Cádiz, tanto silvestres como cultivadas. También se incluyen colecciones de flora canaria y americana, ornamental y especies típicas de la bahía.

- El Robledo. (Parque Natural de la Sierra Norte de Sevilla). A un kilómetro de Constantina, en dirección a El Pedroso, se encuentra el centro de visitantes de este espacio protegido, junto al que se levanta el jardín botánico. Dedicado al monte mediterráneo incluye desde árboles y arbustos cultivados a una interesante muestra propia de los bosques de ribera.

Ya en 1994, la Administración autonómica dictó un decreto que otorgaba protección a 191 especies vegetales, de las que 70 se consideraban 'en peligro de extinción' y 121 'vulnerables'. El pasado año, la Consejería de Medio Ambiente publicó el Libro Rojo de la Flora Silvestre Amenazada de Andalucía, en el que participaron cerca de un centenar de especialistas y que sirvió para detallar las características y situación real de cada uno de estos vegetales.

Gracias a la información recopilada ha podido revisarse la situación de cada una de las especies, utilizando la nomenclatura propuesta por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, que, para el grupo de las amenazadas, emplea tres categorías diferentes: en peligro crítico, en peligro y vulnerable.

En el primero de estos grupos se han incluido 30 especies, en las que se ha observado una reducción de sus poblaciones de al menos un 80 % durante los últimos diez años o tres generaciones, un área de distribución menor de 100 kilómetros cuadrados, un área de cobertura inferior a 10 kilómetros cuadrados o bien un número de ejemplares por debajo de los 250 individuos maduros. Así ocurre, por ejemplo, con la Arenaria nevadensis, de vistosas flores blancas y exclusiva de las cumbres situadas en el núcleo central de Sierra Nevada. En peligro se encuentran 49 especies, algunas de ellas tan conocidas como el pinsapo (Abies pinsapo) o el enebro (Juniperus oxycedrus).

Por último, en la categoría de vulnerables se han agrupado 71 especies a las que también se considera sometidas a un cierto riesgo de extinción, aún cuando la reducción de sus efectivos, el área de distribución o el número de ejemplares no alcancen cifras tan preocupantes como en las dos categorías anteriores. Así ocurre con la famosa Violeta de Cazorla, símbolo de este espacio protegido.

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