Múltiples cuentas pendientes
El Barcelona afronta el duelo decisivo con cierta superioridad teórica, pero el Madrid le tiene tomada la medida
Un año después, estamos en las mismas. El Barcelona y el Real Madrid dirimen desde hoy la supremacía en el baloncesto español en parecidas circunstancias a las de hace 12 meses, cuando se impuso el equipo blanco (3-2). El Barça tiene a su favor el factor campo, las bendiciones de los pronosticadores, la creencia general de cierta superioridad y tambien una urgencia social ante la negativa temporada de su equipo de fútbol. El Madrid se presenta con el traje de cordero que tan bien le sienta, pero dispuesto a aprovechar sus oportunidades.
La final, al mejor de cinco partidos, se presenta apasionante no sólo por el potencial deportivo que atesoran ambos conjuntos, sino también por la cantidad de cuentas pendientes que tienen tanto individual como colectivamente. Un Madrid-Barça siempre es un enfrentamiento muy especial, pero es en estas circunstancias cuando alcanza el mayor de sus significados, cuando las heridas de anteriores enfrentamientos permanecen abiertas y todo el mundo las tiene presente. Desde la inesperada puñalada que dieron los madridistas en el quinto partido de la Liga pasada a la victoria azulgrana en la Copa, pasando por el enfrentamiento Aíto-Scariolo, a los que les vale cualquier tema para mostrar sus diferencias, y sin olvidar la rabia de Herreros, ausente en el único título que ha conseguido con la camiseta madridista o la posibilidad de estar viendo los últimos partidos en España de Gasol.
Socialmente, la final llega en un momento delicado para el cuadro azulgrana. El fracaso futbolístico, la convulsión en el primer año de Joan Gaspart como presidente y el declive de su imbatible balonmano han dejado a la sección de baloncesto como su gran esperanza para un cierre reconfortante del año. Esta presión añadida llegará sin duda al equipo y deberá saber manejarla.
El Madrid, en cambio, no tiene problemas en este aspecto. Ha llegado donde quería y debía y se encuentra en el terreno del 'mucho que ganar y poco que perder'.
En lo puramente deportivo, la forma en que acometen el último asalto es radicalmente distinta. El Barça no pierde desde hace un par de meses, ha liquidado por la vía rápida al Forum y el Unicaja, está descansado y tiene todo el potencial que desearía cualquier entrenador. El Madrid, todo lo contrario: sangre, sudor, lágrimas, mucho corazón y poco juego. Su eliminatoria ante el Tau ha sido una larga agonía y su lista de problemas técnicos es preocupante. Pero se agarra, con toda la razón, a una verdad incuestionable: ha demostrado sobradamente que le tiene cogida la medida al Barça y, en sus duelos, la supuesta superioridad azulgrana no se ve por ningún sitio. Es más, el Barça se siente muy incómodo ante el manejo táctico de Scariolo.
Así, el pronóstico es incierto y va desde la barrida del Barça, factible si logra vencer en los dos encuentros en el Palau, hasta el agotamiento de la serie. En un Barça-Madrid todo es posible.
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