Más de lo mismo en el Barça

No reacciona el Barça, que ya está a cuatro puntos del Mallorca, que ocupa la última plaza de clasificación de la Liga de Campeones. El regreso de Rexach no supuso un alivio para el espinoso tránsito de los azulgrana en esta Liga, en la que viven un enredo descomunal, en el palco, en el vestuario y en el césped. Frente al Celta -el mejor equipo de la segunda vuelta- no pasó del empate pese al enorme empeño de los jugadores, pero ofreció algunos síntomas de la era Serra Ferrer: una defensa despistada y un ataque desenfocado. Charly cambió el dibujo, envidó con un 4-4-2 y, a la vista de su ineficacia, se jugó con mucha clarividencia un órdago con un 3-4-3, como en los tiempos del Dream Team.

Pero hoy por hoy nada rescata a este Barça, ni siquiera la nostalgia de Rexach y la primacía de los rondos en los entrenamientos. Además, como ya le ocurriera en Pamplona, donde acabó con ocho jugadores por las malas pulgas de algunos jugadores, ayer también le traicionó la ansiedad y el partido terminó con una gran tangana tras un codazo de Puyol a Gustavo López que hizo añicos una ceja del argentino.

Tras este traspié el Barça no sólo tiene más lejos al Mallorca -que despachó al Zaragoza-, sino que mantiene al Celta a sólo cuatro puntos.

Más arriba, el Deportivo resolvión ante el Espanyol un partido tristón de la forma menos previsible, con un gol de cabeza de Fran, que parece haber renacido una vez que su equipo sufre un ataque de melancolía tras la eliminación en la Champions y el tirón del Madrid. La victoria deja a los gallegos a nueve puntos de los de Del Bosque cuando sólo quedan 18 en juego. Como al Madrid le favorecería un empate a puntos con el Deportivo, resulta que a los blancos les valdrían tres victorias hasta el final de la campaña.

El apretón es mucho mayor en la zona con aroma a Segunda. El Numancia, tras caer con el Villarreal en Los Pajaritos, se mantiene como colista y reduce considerablamente sus opciones de salvarse. Más o menos como el Racing, que tropezó con el Rayo (1-1) y la Real -derrotada en Las Palmas-. Respiró el Oviedo, que arañó un punto en La Rosaleda tras una semana de serios mosqueos y miradas furibundas entre Antic y sus jugadores. Quien se adivina cuesta abajo y sin frenos es el Valladolid, que despidió al técnico argentino Ferraro hace unas cuantas jornadas, ha visto dejar el palco a su presidente, Ignacio Lewin, y su trayectoria deportiva es muy resbaladiza.