Nuevas modas sexuales entre los adolescentes brasileños
Psicólogos y sexólogos están convencidos de que es la mayor revolución en el mundo de las relaciones amoroso-sexuales entre los adolescentes brasileños después de la del 68. Las familias están perplejas y preocupadas. Los jóvenes han bautizado la nueva moda con el verbo ficar, que en portugués significar quedar. ¿De qué se trata? Los mismos adolescentes encuentran dificultad en explicarlo. Los padres de los chicos y chicas se dividen en sus juicios y ni ellos mismos saben lo que significa del todo. "Es mejor que le pregunte a mi hija", dice la ceramista Evelyn Kligerman. Y su hija, Julia, que se prepara para el ingreso en la Universidad, se ríe y busca las palabras para explicarlo: "Mira, ficar es estar con un chico, por ejemplo cuando vas a bailar forró, y tener algunas intimidades con él pero sin ningún compromiso para el futuro".
Más difícil es entender hasta dónde llegan esas intimidades. Los padres, sobre todo de clase media, piensan que no bajan de la cintura para abajo. Que son, principalmente, besos en la boca y abrazos íntimos. Los adolescentes sonríen. Dicen que sí y que no, que normalmente es así, pero que a veces... Renato, un joven ya más que adolescente, guardacoches de los estudiantes de la Universidad Estacio de Sâ, en el popular barrio de Río Comprido, a las faldas de la favela de Turano, sonríe y cuenta que, si un muchacho consigue "algo más" de la muchacha, tudo bem. Pero confirma que la carascterística del ficar es el "descompromiso" asumido por todos.
Ana Julia, Victoria y Mirella, tres amigas de doce años, confiesan que ya han besado al mismo chico. "No hubo celos, porque no se trata de enamorar sino más bien de bromear", afirman.
En la misma noche, una muchacha puede ficar con varios chicos, sin que nadie la juzgue. La pregunta inevitable es: ¿y si se enamoran despues de ficar? "Ahí cambia todo", dice Julia. A partir de ese momento, entran los mecanismos de toda la vida, comenzando por los celos. Pero curiosamente suelen ser hoy las chicas las que más aprecian el "descompromiso", porque no tienen prisas por casarse.
Según el terapeuta Flávio Gikovate, autor de Liberación sexual. Rompiendo el lazo entre sexo, poder y agresividad (MG Editores), los jóvenes brasileños "están viviendo una verdadera revolución sexual" con la nueva moda del ficar. "Para mí, el ficar es una creación espontánea de los adolescentes. Es como la continuación de los juegos sexuales de la infancia. Es un intercambio de caricias sin compromiso alguno, entre jóvenes de la misma edad. Ha disminuido su frustración y ha comenzado el desarme". Y añade: "Las familias están un poco afligidas y perplejas. Hay padres que preferirían que sus hijos fueran con prostitutas, pero el sexo pagado, con esta nueva moda, puede tener sus días contados".
Una de las ventajas que muchos sexólogos ven en esta moda del ficar sin compromisos es que tanto un chico como una chica -más esta última- ahora no va a llegar al matrimonio sin haber experimentado por lo menos una relación amorosa "de piel" con más de una persona, cosa que antes era muy corriente.
Hasta el punto de que en Brasil se suele ironizar diciendo que la mujer que ha hecho el amor sólo con su marido "es aún virgen". Pero no todo es tan fácil. Hay chicas que dicen que sigue existiendo un cierto machismo, incluso dentro del ficar. Porque mientras los chicos se jactan de haber ficado con varias chicas la misma noche, las chicas, si lo hacen, lo cuentan con la boca pequeña y, al contrario que los chicos, no son vistas como heroínas. Según Roberto Feith, director de la editorial Objetiva de Río de Janeiro, padre de hijos adolescentes, el peligro es que con este tipo de relación sin compromiso las chicas pierdan una buena parte de su "autoestima", algo que se da cuando ellas consiguen "conquistar algo para ellas".
La más crítica de esta nueva revolución sexual es Dulce Silveira, miembro del Instituto de la Sociedad de Psicoanálisis de Río de Janeiro (SBPRJ) y psicóloga de la Escuela Americana. Para ella, como ha declcarado al diario Jornal do Brasil, más que de una nueva moda amorosa se trata de "un reflejo de las relaciones sociales". Y afirma: "Estamos viviendo un momento en que todo es descartable, desde los bienes materiales a los afectivos. Todo es sustituible. Nuestra sociedad es cada vez más competitiva y hedonista. Los jóvenes lo sienten en su piel. Tienen miedo de que las cosas ya no sean permanentes ni duraderas. Y prefieren la ausencia de compromiso". Sin embargo, adolescentes y jóvenes siguen su curso y su nueva moda, ajenos a lo que sobre ellos discuten familias, psicólogos y sexólogos.
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