El Alavés practica el alemán
El conjunto de Mané defiende en Kaiserslautern un 5-1 soñando con la final de Dortmund
La final de la Copa de la UEFA está más cerca del Alavés que de ningún otro club. Deportiva y geográficamente. En lo primero, porque el 5-1 de la ida parece toda una montaña para un rival tan desorientado como el Kaiserslautern. En lo geográfico, porque hoy juega en el estadio Fritz Walter (20.30, sin cámaras españolas de televisión en directo) en lo que se antoja una primera aproximación al escenario en el que se disputará la final: el Westfalestadion, de Dortmund, el 16 de mayo.
Antes de que el Alavés festeje ese hito, necesita salvar una noche más de fútbol. Y el equipo de Mané no es de los que celebran por anticipado. Por ese flanco, el Alavés está vacunado. En realidad, de todas las aristas que se pueden buscar al partido, pocos resquicios encuentra el Kaiserslautern para apelar a la épica.
Los alemanes no pueden agarrarse a los resultados recientes porque mientras el Alavés sigue sumando jornadas invicto en la Liga (nueve por ahora), el equipo de Andreas Brehme tiene motivos de preocupación: desde el 5-1 de Mendizorroza no deja de recibir goles en la Bundesliga. El Kaiserslautern sólo puede aspirar a 'un milagro', como admite Brehme, o a rememorar la historia. El Alavés carece de ella. Los alemanes tienen antecedentes de qué presumir, pero demasiado pretéritos. Como la final de la Copa de la UEFA que perdió el Espanyol de Clemente ante el Bayer Leverkusen o, más ligado al propio currículo del equipo rojo, una eliminatoria de cuartos de final en 1982 frente al Real Madrid (5-0).
En el presente, el Kaiserslautern tendría que hacer un ejercicio de travestismo para eliminar al Alavés. No podría parecerse en nada al equipo caricaturesco de Vitoria. Ahora,cuenta con el efecto Djorkaeff, recuperado de su lesión, el único futbolista capaz de dar coherencia al ataque alemán. En el Alavés, Mané recurrirá a los cinco defensas, una solución habitual y no necesariamente con connotaciones de cobardía.
También está el elemento cromático. El Alavés no podrá jugar hoy con su habitual camiseta del torneo, la rosa, la que le ha insuflado el toque de distinción en Europa -el pink team-. Debe jugar con sus colores albiazules más convencionales, ante los diablos rojos de Kaiserslautern.
Kaiserslautern: G. Koch; H. Koch, Ramzy, Grammozis; Pettersson, Ratinho, Hristov, Strasser; Djorkaeff; Klose y Lokvenc.
Alavés: Herrera; Geli, Eggen, Karmona, Téllez, Ibon Begoña; Tomic, Desio, Astudillo; Jordi; e Iván Alonso.
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