Un trabajo con perspectivas

Cuando Mohamed Meliani (Tánger, Marruecos, 1969) decidió formalizar su proyecto -el de acceder a fachadas y lugares complicados sin usar un solo andamio- a instancias administrativas-, experimentó más de una situación surrealista en algún que otro despacho. Sin ir más lejos, en la propia Agencia Tributaria, cuando quiso darse de alta en el IAE:

-Pero tú ¿a qué te dedicas?- le inquirió el funcionario de Hacienda.

-A pintar fachadas y a arreglarlas, a colocar pancartas en lugares que nadie puede acceder, a todo eso, ¿entiende?

-¿Y dónde te metemos?, le replicó el funcionario.

-No lo sé, ustedes deberían saberlo, contestó Meliani.

Para salir del aprieto Mohamed Meliani tuvo que llamar a unos amigos instalados en Madrid que desempeñan la misma labor que él, ha querido ofrecer en Almería de forma pionera. 'Al final me metieron en servicios especiales de limpieza y mantenimiento de fachadas. Pero no sabían si catalogarme dentro de la construcción o la pintura', rememora. Lo cierto es que a la confusión administrativa también pudo contribuir la variedad de servicios que bajo el nombre de Sin Andamios ofrece Meliani y sus colaboradores: pintar, repellar, limpiar cristales, restaurar, instalar elementos externos y todo tipo de actividad que se vea dificultada por el lugar en donde haya que llevarla a cabo. 'En función de la tarea que me soliciten cuento con unos especialistas o con otros. Si hay que hacer una instalación eléctrica en las alturas no es lo mismo que si tengo que reforzar una estructura', apunta el empresario. Sus experiencias laborales como montador de antenas, albañil, mensajero o guía de montaña han propiciado un cóctel perfecto para liderar un proyecto basado en las técnicas de escalada a la hora de trabajar. Ayudados de cuerdas especiales de alpinismo y espeleología, descensores, bloqueadores de seguridad, poleas y bandejas, Sin Andamios ofrece un trabajo seguro, rápido y limpio, tres consignas en las que Meliani ve las ventajas y diferencias con otras empresas que ofertan sus mismos servicios. 'Trabajar así es más seguro que con andamios porque desde el principio no contamos con suelo y el descuido y accidente no tiene lugar. Las personas que colaboran conmigo están cualificadas para trabajar en alturas porque a veces adoptamos posturas difíciles. Por supuesto, es imprescindible no tener vértigo. Es como un baile vertical mientras trabajas y una forma de tener nuevas sensaciones', razona. El uso de anclajes químicos, consistente en dejar un tiempo de fraguado para que dilate y quede bien sujeta la escarpia a la que irá enganchada la cuerda, es una garantía añadida a un sistema infalible para alcanzar cualquier rincón.

El equipo que integra Sin Andamios, cuatro personas en 2000, alcanzó los cinco millones de facturación el pasado ejercicio con una clientela basada, fundamentalmente, en comunidades de propietarios o empresas de telecomunicaciones que requieren de su habilidad para el cableado. 'Cuando se trata de tirar cable en vertical a estas empresas les supone un engorro tener que montar un andamio. Entonces nos llaman. Es mucho más fácil que un hombre se descuelgue', apostilla.

Entre los trabajos realizados, con materiales de última generación, ligeros y cómodos para sus tareas, abundan los encargos para fachadas de edificios como el que estos días ultiman en el Paseo Marítimo: restauración que incluye obra de albañilería y reparación de ventanas. 'A la hora de plantear un presupuesto hay que estudiar cada caso porque todo va en función de lo que nos pidan. Normalmente se mide por metros cuadrados cuando se trata de pintura pero si, por ejemplo, es cuestión de llevar un cable a algún lugar y preparar las cuerdas nos lleva todo un día está claro que cobraríamos por horas', aclara el promotor. El mar, que corroe fachadas y desgasta todo tipo de materiales se convierte, 'sin quererlo', en un aliado de Meliani y su equipo, aunque no escatima críticas a sus clientes: 'En una ciudad como Almería, en la que el mar se come cualquier cosa, no se tiene nada en cuenta el mantenimiento de edificios. Te encuentras todo reventado y esperan mucho hasta arreglar las cosas', se lamenta.

M. J. LÓPEZ DÍAZ