Desierta la Oreja de Oro
Por tercera ocasión en la historia de la Oreja de Oro se declaró desierta su concesión. Pero esta vez no fue todo por culpa del ganado, sino por la arbitrariedad del juez de plaza, Jesús Dávila, que inexplicablemente le negó el apéndice a Alfredo Lomelí, que con insistencia pedía la mayoría del público por su meritoria faena a Mosaico. El diestro, con mucha dignidad, al arrastrarse el sexto toro, previo permiso de la autoridad, abandonó el ruedo y el resto de los alternantes le secundó, por lo que la votación no la efectuaron los aproximadamente 9.000 aficionados. Pese al aire que hacía ondear su engaño, Lomelí pudo con la extraordinaria bravura del cinqueño segundo. Estructuró una valiente labor muleteril que inició con estatuarios y continuó por el derecho ligando tres rítmicas series. Por el izquierdo trazó con señorío el natural en dos tandas. Se tiró de frente y dejó un estoconazo hasta la bola.
Barbabosa / Cinco matadores y un rejoneador
Toros de Celia Barbabosa: 2º y 4º buenos mozos, resto terciados; 4º, 5º y 6º sin fuerza; descastados y mansos salvo 1º, 2º (bravo) y e 3º. Alfredo Lomelí: salida al tercio. Óscar San Román: aviso y ovación. El Conde: aviso y silencio. Alfredo Gutiérrez: silencio. Jerónimo: aviso y silencio. El rejoneador Rodrigo Santos: división. Se destocó el peón Miramontes. Monumental Plaza México, 11 de marzo. Oreja de Oro. Un quinto de entrada.
A Óscar San Román no le importó tampoco el viento ni lo distraído y soso del tercero y al final del esforzado trasteo logró un acoplado toreo por el derecho. El Conde con tesón capoteó y muleteó al impresentable e inválido cuarto. Alfredo Gutiérrez se vio encimista y apurado con el pobre de pitones que hizo cuarto. Su quehacer con la bayeta fue a base de trapazos que remató ejecutando el teléfono, pero a larga distancia. Del toreo barroco de Jerónimo sólo hubo detalles con el percal pues el aplomado y áspero sexto no quiso acudir a la sarga.
Rodrigo Santos posee una excelente cuadra de caballos pero su toreo arriba de Puerta Grande y Triunfo es muy irregular y por su torpeza resultó emprontilado por el alegre primero y el equino Triunfo fue golpeado duramente contra la barrera y salió lastimado de la pata derecha.
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