El templo de Dalí se abre a los niños

Con razón afirmó el artista Salvador Dalí que los niños y los pescadores de Cadaqués (Alt Empordà) eran los más capacitados para entender su obra. Para constatar la veracidad del 50% de esta cita genial sólo hace falta contemplar el brillo de la mirada de los escolares ante los sorprendentes y divertidos juegos que el nuevo servicio educativo de la Fundación Gala-Salvador Dalí despliega en el Museo de Figueres, la casa de Portlligat y el castillo de Púbol para hacer accesible a los más pequeños la obra de uno de los más grandes pintores contemporáneos.

Los responsables de la iniciativa mantienen que Dalí estaría encantado de comprobar cómo, delante de un retrato que presenta por primera vez ante ellos al pintor de enhiestos bigotes, muchos niños coinciden en definirlo como '¡un pirata!'. El arte de Salvador Dalí tiene la virtud de conectar con las mentes más libres y abiertas, de ahí que muchas de las propuestas del genio surrealista encuentren terreno abonado entre los más pequeños. Núria Aldeguer, responsable del proyecto pedagógico, asegura que el original servicio de visitas escolares cubre un vacío que se hacía inexcusable teniendo en cuenta el interés que siempre demostró Dalí en divulgar su obra entre todos los públicos. Jordi Falgàs, responsable de comunicación de la fundación, recuerda que este interés quedó bien patente cuando decidió colaborar con creadores tan internacionalmente conocidos como el cineasta británico Alfred Hitchcock o el productor norteamericano de dibujos animados Walt Disney.

El contenido de las visitas se adecúa a los diversos niveles educativos, desde los tres a los 18 años, pero siempre manteniendo 'un discurso a la vez imaginativo, lúdico, riguroso y coherente', asegura Núria Aldeguer. Las visitas para escolares de educación infantil y primaria se centran en la magia, el cuento o el juego. La obra de Dalí permite atractivos juegos basados en los animales, los colores o los paisajes. Los alumnos de enseñanza secundaria tienen la opción de escoger entre una visita en la que, transformados en periodistas, deben elaborar un reportaje sobre el genio, y otra, desarrollada en el castillo de Púbol, en la que se plantea un itinerario a través de un espacio único, diferente y especial; en definitiva, surrealista.

Los alumnos de bachillerato pueden optar por una visita en la que, junto a la explicación del surrealismo, se lleva a cabo una reflexión en torno a los acontecimientos más relevantes del siglo XX; u otra en la que se propone una aproximación al Dalí más íntimo, a través de las estancias en las que vivió, sus fotografías y sus trabajos.

La fundación ha puesto en marcha un total de nueve visitas diferentes, adaptadas a cada ciclo formativo, y que se realizarán durante los meses en los que el museo reciba menor afluencia de visitantes. A través de esta iniciativa, el museo y las casas de Dalí en Portlligat y Púbol se convierten en espacios privilegiados donde se desarrollan los juegos que permiten el descubrimiento del artista.

El museo representa para los pequeños, asegura Jordi Falgàs, 'un auténtico ataque a los sentidos'. La mayoría de las visitas al museo tienen su centro operativo bajo la gran cúpula geodésica, donde los escolares se arremolinan junto a los monitores que dirigen la experiencia. Muchos confiesan su incredulidad ante la sorprendente noticia de que el genio está enterrado bajo sus pies.

La iniciativa pedagógica ya se ha convertido en un éxito. En tres semanas han pasado por el Museo de Figueres un millar de escolares. La fundación confía adaptar en el futuro estas visitas a otros idiomas, además del catalán y el castellano, lenguas en las que se realizan ahora.