El frustrado debú de Aimar

Mientras Pablo Aimar dormía plácidamente en la habitación de un céntrico hotel de Valencia, el fax de las oficinas del club de Mestalla recibía la documentación necesaria para que el joven futbolista argentino, de 21 años, pudiera debutar hoy en la Liga ante el Numancia. Eran las tres de la madrugada del viernes, medianoche en Argentina, y en la sede del Valencia sólo se oían agitarse las mopas del servicio de limpieza. Hasta ahí, todo como la directiva valencianista preveía, pues la llegada del pase del jugador era un puro trámite que la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) se había comprometido a cumplir.

Y la AFA cumplió, pero entre los papeles surgió un documento imprevisto: Aimar arrastra un partido de sanción desde que finalizó el torneo Apertura, en diciembre -en Argentina la competición se divide en dos fases: el torneo Apertura, que finaliza en diciembre; y el Clausura, que comienza en febrero-.

Aimar fue sancionado en la última jornada del Apertura, el 17 de diciembre, durante el encuentro Lanus-River. En ese partido, el internacional argentino recibió la quinta amonestación de un ciclo que provocaría su sanción por un encuentro por acumulación de tarjetas.

'No podemos hacer nada', afirmó ayer Alberto Aliaga, abogado del Valencia, que mostró su impotencia: 'He hablado con los directivos del club para tomar alguna medida, pero vamos a tener que tragarnos la sanción'. En efecto, el debú de Aimar con el Valencia se demorará hasta el próximo miércoles, cuando el conjunto de Héctor Cúper regresa a la Liga de Campeones para medirse al Manchester United en Mestalla. La Federación Española confirmó ayer que el futbolista debe cumplir la sanción 'en cumplimiento de lo estipulado en el reglamento de la FIFA'.

Aimar aterrizó en Valencia el pasado 31 de enero. Ese mismo día el Valencia acordaba con el River el traspaso del futbolista por 3.500 millones de pesetas. Aimar firmaba un contrato para lo que resta de la actual temporada y siete más. Tras perder ante el Deportivo, el Barcelona y el Madrid consecutivamente, el Valencia ansiaba el debú del joven delantero para paliar la raquítica aportación de sus delanteros: ni un solo gol en tres partidos. Sin embargo, y por motivos burocráticos, su pase no llegó a tiempo para el encuentro ante el Mallorca, disputado la pasada jornada. Así que Aimar no pudo cumplir su sanción frente al equipo balear.

Apelación baldía

Y ahora, cuando todo apuntaba a que Aimar jugaría hoy ante el Numancia, el Valencia se encuentra de sopetón con una sanción que ha pillado desprevenido hasta al propio jugador, que no había dicho ni pío. Y eso que el River medió para que la AFA estudiara la anulación del castigo. En vano. El Tribunal de Disciplina de la AFA se reunió el pasado jueves para reconsiderar la sanción, pero como el número de miembros era inferior a los 12 que dictaminaron la suspensión, no pudo ser anulada. Para modificar esa medida debían haberse reunido el mismo número de miembros, en este caso once, que castigaron al futbolista, según las normas del Tribunal de Disciplina.

'No sé por qué se ha demorado tanto la llegada del pase de Aimar', afirmó ayer por la mañana un ya resignado Héctor Cúper, quien, para colmo, afronta el encuentro ante el Numancia con numerosas bajas: los centrales Pellegrino y Björklund están lesionados mientras otro defensa central, Ayala, cumplirá el segundo partido de una sanción de tres por pisotear a Simão, del Barcelona, el 20 de enero. Además, el lateral izquierdo brasileño Fabio Aurelio tampoco podrá jugar por lesión. De esta forma, Cúper sólo cuenta con un central, Djukic, disponible.