José Tomás y Joselito torearán en la Feria de Sevilla, con televisión en directo
La empresa de Madrid no ha llegado a un acuerdo con ambos toreros para San Isidro
Éste es, asimismo, el motivo, de que no figuren en los carteles de la feria de las Fallas de Valencia, que se celebra en marzo, y ya se han hecho públicos oficialmente.
La negociación para la participación de Tomás y Joselito en la Feria de Sevilla la han llevado a cabo el apoderado de los diestros, Enrique Martín Arranz, y los gerentes de la empresa de la Maestranza sevillana, Eduardo Canorea y Ramón Valencia.
Exigencias
No ha intervenido Vía Digital, que televisará en directo toda la feria. Esta circunstancia contradice llamativamente las exigencias que ha venido planteando Martín Arranz la temporada última y la presente, consistentes en que los toreros debían de negociar directamente con los canales de televisión la retransmisión en directo de sus actuaciones.
Martín Arranz y sus poderdantes se manifestaban inflexibles en esta condición y aducían razones de dignidad profesional y humana.
Tomás toreará en Sevilla el 15 de abril, domingo de Resurrección, alternando con Espartaco y El Juli, toros de Torrealta; el 28 -semana de preferia-, con toros de Joaquín Núñez y la participación de Espartaco y Joselito, y el 30, primer día de farolillos, toros de Juan Pedro Domecq, con participación de Enrique Ponce y, posiblemente, Morante de la Puebla. Joselito toreará, además de la corrida del día 30, otra el 3 de mayo, con ganado de Victoriano del Río.
Joselito y José Tomás, evidentemente, han roto la exigencia de no torear corridas televisadas, lo que hace presumir que se facilita su entrada en la feria de San Isidro, cuya retransmisión íntegra en directo por televisión estaba comprometida desde el año anterior.
Sin acuerdo
No obstante, uno de los miembros de la empresa manifestaba ayer a este periódico que en las reuniones mantenidas con el apoderado de los diestros -la última de ellas hace un par de semanas- no hubo ningún acuerdo de contratación, ni prácticamente se pudo negociar nada, precisamente porque exigía como condición previa que las corridas no fueran televisadas y esta pretensión era inatendible ya que el contrato con una televisión de pago estaba firmado.
