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CICLISMO | El pelotón español en el año 2001

'Vas desesperado y firmas lo que sea, incluso el que te corten el cuello'

Roberto Heras tiene su futuro asegurado. El US Postal le ha convertido en millonario. Como Freire, o Escartín, o los máximos exponentes del ciclismo español. Joseba Beloki, recién fichado por el ONCE, ha sido el último en incorporarse a la lista. Pero hay un submundo desconocido, formado por corredores anónimos. Muchos de ellos, más de 50, sólo han visto un salida en el extranjero. Se trata de una diáspora de profesionales que viajan en clase turista.

Hay un perfil muy repetido, el del joven que, tras unos años en el campo aficionado y pese a tener un currículo decoroso, no encuentra salida: o la retirada o la aventura. Como Rubén Oarbeaskoa, con contrato en La Pecol (Portugal): 'Iba a dejar la bici, pero quería agotar mis oportunidades, así que fui por allí con un equipo aficionado para que me viesen. Me salió una buena Vuelta del Futuro y terminé fichando por dos años. Ahora ya puedo decir que he probado en el campo profesional. Si no, me iría de la bici con mal sabor de boca'.

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Fuga de talentos en el ciclismo

Los ciclistas cuentan con una ventaja sobre otros deportistas. Para entrenarse no se requiere la compañía del resto de sus compañeros, así que sólo pasan un par de meses en el lugar donde está radicado su equipo. Durante el resto del año siguen un plan preparándose en su propio entorno. En cualquier caso, casi todos los emigrados quieren volver. 'Me gusta la aventura', aclara Juanma Gárate, un guipuzcoano contratado por el Lampre. 'Quería ser ciclista costara lo que costara y me fui a Italia. Para mí fue un cambio repentino. Cuando llegué allí, tuve que conocer todo en una hora: los compañeros, el idioma, la categoría, el país... Pasé tres días malos. Llamé a casa y dije que quería volver. Pero hoy por hoy no me cambiaría. No lo deseo a toda costa, pero al final me gustaría volver a casa. Vas desesperado. Firmas lo que sea, incluso el que te corten el cuello. Yo he tenido suerte', añade Gárate, 'pero en Portugal...'.

Tres días malos

Hay equipos donde los salarios son paupérrimos. 'Si vas allí', advierte el corredor del Lampre, 'tienes que poner en una balanza si merece más la pena trabajar en la fábrica de tu padre o una vida dura como ciclista. Ganan entre un millón y medio y 1.700.000 pesetas'. Aun así, algunos españoles se sienten a gusto en equipos pequeños del extranjero. 'El nivel está subiendo en Portugal', afirma Segis de la Torre, corredor de La Pecol. 'Van allí equipos españoles a correr y van con el gancho. O van bien preparados o no nos pueden seguir'.

En el fondo, estos corredores deben buscarse un trabajo fuera porque en España hay pocos equipos para tal cantidad de ciclistas con un nivel medio. José Luis Laguía, ayudante de Belda en el Kelme -el equipo más castigado por la fuga de talentos-, añora 'al menos dos equipos más' en el ciclismo español. 'Estamos de modo precario', admite en términos generales, 'y salen perjudicados todos los aficionados, porque perdemos la pista a muchos corredores'.

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