"El teatro es el cimiento del actor y el cine, la estructura"
Apelando a su origen valenciano, la Mostra tributó ayer un homenaje a la figura de José Sancho (Manises, 1944) con dos actos: por la tarde, la presentación de su biografía, escrita por el periodista Rafael Brines, en la librería Crisol, y, por la noche, la entrega, dentro de la gala de inauguración del certamen, de la Palmera de Honor que el festival reserva a los actores a los que rinde pleitesía. Actor con una sólida formación teatral en los escenarios valencianos, Sancho saltó a la fama para el gran público a partir de su papel de El Estudiante en la exitosa serie televisiva Curro Jiménez, pero su posterior evolución como actor le ha llevado a otros registros en los que se ha desenvuelto con la misma sinceridad y naturalidad con la que se muestra a la hora de manifestarse públicamente. Acompañado en todo momento por su mujer, la cantante María Jiménez, José Sancho paseó ayer su estampa de galán maduro por la ciudad que le vio crecer. Pregunta. ¿Qué significa para usted, que siempre ha huido de los homenajes, el reconocimiento de la Mostra?
Respuesta. Personalmente me llega que me reconozcan en la tierra donde he nacido y he soñado. Profesionalmente, está muy bien, pero no le doy la menor importancia.
P. ¿Usted ejerce como valenciano agarrado al tópico?
R. Yo ejerzo como valenciano, sin consecuencias políticas o metafísicas, porque he nacido aquí. Me encanta la paella y cosas que intelectualmente pueden ser horteras, pero me gusta porque soy muy barroco.
P. ¿El Estudiante sigue vivo en José Sancho?
R. Sí, yo no voy a renunciar a algo que ha constituido una parte importante de mi vida.
P. Siempre se ha caracterizado por la sinceridad en las declaraciones públicas, ¿esto no le ha acarreado demasiados problemas?
R. Suelo decir lo que se me ocurre. Lo que pasa es que las cosas me van bien, de momento, y puedo seguir diciendo lo que pienso.
P. En cierta ocasión usted declaró que había que reivindicar un cine español no sólo basado en los jóvenes, ¿sigue pensando lo mismo?
R. Ser joven no es una patente de corso. El cine necesita jóvenes y necesita mayores. Ahora, si me preguntas sobre el boom del joven cine español, te diré que esta situación no es demasiado buena para la industria. El cine español no hace dinero y no lo hará mientras siga compitiendo con el cine americano. No se trata de igualarse a ellos, sino de que haya dos autopistas, una para el cine español y otra para el cine americano, cada una a la velocidad que le imprime el país en el que se produce ese cine.
P. Pero el cine español parece que triunfa en taquilla...
R. Sí, pero yo no puedo competir con Tom Cruise. No puedo trabajar al mismo precio que él porque sus películas cuestan 20.000 millones. Eso no tiene sentido, como no lo tiene pagar lo mismo por ver a Pavarotti que por ver a uno que canta zarzuela en mi pueblo. El cine español no puede equipararse al americano como un coche español no es lo mismo que un Mercedes.
P. ¿Se siente a gusto en el papel de galán maduro que se le ha asignado en los últimos años?
R. En primer lugar, yo soy actor y me gusta mi trabajo. Pero sí que me identifico con el hombre de mi edad que lleva mucho pasado a rastras. Principalmente porque tengo suficiente experiencia para sacarla en la pantalla si tengo capacidad como actor. Ahora es el momento de sacar esa experiencia.
P. Me refería sobre todo al personaje de más de 50 años que sigue encandilando a las mujeres y tiene el encanto del seductor maduro...
R. Evidentemente este trabajo consiste en seducir. Incluso los malos seducen para que los sigas, y yo procuro ser ciertamente seductor, ya no sólo con las mujeres sino con el espectador que me está viendo.
P. Usted nunca se ha vanagloriado de su trayectoria teatral, que por otra parte es abundante, ¿es porque no lo considera importante para el gran público?
R. Nunca me he vanagloriado de ello porque es el público el que debe ver tu trayectoria, o los directores y productores. Debes hacerlo, pero si has de propagarlo es porque no te han visto y, entonces, no te sirve de nada.
P. ¿El teatro es, como se suele decir, una escuela para los actores de cine?
R. El teatro es el cimiento del actor, el cine es la estructura y la televisión son, por decirlo así, los muebles con los que se adorna, que pueden ser cambiados en cualquier momento. Pero los cimientos de un edificio no se pueden tocar, porque si no el edificio se cae.
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