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Sydney 2000 NATACIÓN

Van den Hoogenband, un torpedo

El holandés bate el récord mundial en la semifinal de 100 metros libres y es el primer nadador que baja de 48 segundos

Santiago Segurola

El holandés Pieter Van den Hoogenband alcanzó ayer el Everest de los récords. Ganó la primera semifinal de 100 metros con una marca de 47,84 segundos, lo que significa un bocado de 34 centésimas a la anterior plusmarca mundial, conseguida por el australiano Michael Klim el pasado domingo. Un recorte de este calibre es comparable al que logró Ben Johnson en los Juegos de Seúl, cuando derrotó a Carl Lewis y dejó boquiabierto al personal con sus célebres 9,79 segundos. Antes de los Juegos se esperaba un duelo entre Klim y Popov, pero el mensaje del nadador holandés es contundente. No sólo es el mejor velocista del mundo, sino que se atreve a discutir la jerarquía de Ian Thorpe.Se ha abierto un debate para elegir al mejor nadador libra por libra. Thorpe ha obtenido tres victorias y tres récords del mundo, dos de ellos en las pruebas de relevos 4x100 y 4x200 metros. Van den Hoogenband ha batido los récords mundiales de 100 y 200 metros. Su contribución en los relevos tampoco es desdeñable. Gracias a su maravilloso parcial como cuarto relevista, Van den Hoogenband dio la medalla de bronce a Holanda en los 4x200 metros. Hay otra referencia crucial: el holandés superó a Thorpe en el único mano a mano que han mantenido en Sydney. Tiene, por lo tanto, todo el derecho a proclamarse como mejor nadador del mundo.

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Su carrera fue tan impresionante como precisa. Casi se diría que de manual. Los especialistas tienen una ecuación para medir el equilibrio de una prueba de 100 metros: el segundo parcial de 50 metros no debe superar en más de dos segundos al primero. Van den Hoogenband pasó por la mitad de la carrera en 23,16 segundos, un tiempo rapídisimo pero lejos del que consiguió Michael Klim (22,83s) cuando batió el récord mundial. Lo extraordinario de la marca del holandés se observó en la segunda mitad, con un parcial de 24,68 segundos. Es decir, en un nivel de máxima exigencia, al límite de las posibilidades del hombre, fue capaz de cumplir con la ecuación. No concedió en el segundo parcial más de dos segundos de diferencia con respecto al primero. Concretamente fueron 1,52 segundos. Klim no lo consiguió en su efímero récord. La diferencia entre el primer y segundo parcial quedó establecida en 2,53 segundos (22,82 segundos en la primera mitad y 25,35 en la segunda).

La nueva hazaña de Van den Hoogenband -es el primer hombre que baja de 48 segundos en 100 metros libres- fue recibida con admiración por parte de la hinchada australiana. Las 12.000 personas que abarrotaban la gigantesca gradona lateral se pusieron en pie y ovacionaron al holandés como si fuera uno de los suyos. Ese detalle habla del entusiasmo de los australianos por el deporte, por encima de cualquier consideración nacionalista. Cómo si no, se iba a entender el tributo a un nadador que había vencido al héroe nacional -Ian Thorpe- y que acababa de arrebatar el récord mundial a otro australiano (Michael Klim).

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