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VUELTA 2000 16ª etapa

Heras: "Hemos sentenciado"

Casero dice que Festina tiene tres etapas favorables frente a una del Kelme

Roberto Heras ofrecía tanta sensación de solidez en carrera como de fragilidad al llegar a la meta. El líder de la Vuelta, el candidato único a terminar vestido de amarillo tras la contrarreloj de Madrid, pasaba de mano en mano, de emisora en emisora. Tanta pregunta agobia, y Heras se defiende con monosílabos, más que frases, y un tono inaudible. Entró eufórico en la meta, pero según le avasallaban, bajó el grosor de sus afirmaciones. Al principio, se le escuchó pronunciar lo que todos piensan: "Creo que hemos sentenciado la Vuelta". Luego, fue reduciendo: "Hay que ser cautos. Puede haber sido una etapa decisiva, pero no definitiva...".En el fondo, toda la caravana opina igual. Casero, salvo accidente o catástrofe, no está en condiciones de arañar los 3.41 minutos que perdió en el Angliru. Luego, cada uno debe vender sus productos. El corredor del Festina, por supuesto, se refugiaba en los cinco días que quedan de carrera, y hacía cábalas: "Todavía nos quedan tres etapas favorables a nosotros, y una a ellos". Se refería a la contrarreloj y dos de las etapas castellanas, por el viento y los abanicos; frente a la jornada con final en el Alto de Abantos. "No puedo renunciar", insistía. "No me rindo. He de sorprenderle. No lo puedo dejar de hacer", se repetía.

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Su director, Juan Fernández, seguía una línea similar, aunque en el fondo se vislumbraba su parecer: "Heras ha encontrado en el Angliru la horma de su zapato. Es un pura sangre y nos ha sacado más diferencia de la que cabía esperar. Eran rampas que parecían pensadas para él". Acto seguido, estableció el discurso Festina: "No la tenemos perdida, aunque lo tenemos difícil.

Vicente Belda, director del equipo Kelme, tampoco quiere dar rienda a su pensamiento. Dice lo que debe: "Hemos ganado más tiempo del esperado, porque queríamos una renta de unos dos minutos. Pero hay que esperar a Madrid".

De ahora en adelante, digan lo que digan los directores, cabe la posibilidad de que la Vuelta se blinde, que pierda el interés que había tenido en vilo la carrera a cuenta del empate en la clasificación. Pero Heras advierte de que no ha perdido su carácter ofensivo, y que en Abantos puede intentar una repetición de su victoria en Morella, sólo que vestido de amarillo. "No es un puerto para hacer diferencias, pero sí para lucirse y para intentar ganar la etapa".

En ese puerto, podrá disfrutar más que en el Angliru, porque incluso quien mejor salió parado de la montaña asturiana padeció lo suyo. "Vas a nueve por hora, y se sufre muchísimo. Es infernal. Nada se asemeja a esto". Confesó que se atrancó en el último repecho porque, según Heras, "es tan terrorífico que es obligatorio pasar un momento de crisis, aunque sólo sean 200 o 300 metros".

Además de prácticamente sentenciar la ronda española, Roberto Heras se adjudicó el Memorial Pedro González -el periodista de Televisión Española fallecido el 1 de enero de este año-, por ser el mejor corredor en las tres etapas que han pasado por Asturias.

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