"Tengo miedo de muchas cosas, pero son de este mundo"

Este hombre no es ningún espantajo que se dedique a asustar a los niños. No es, al menos, lo que aparenta con su impoluta vestimenta, sus modales nada estridentes y una cara que todavía deja asomar los rasgos de niño curioso. Sólo cuando consigue registrar una psicofonía (voces que llegan de no se sabe dónde y que constituyen su principal materia de estudio), puede verse al presidente de la Sociedad Española de Investigaciones Parapsicológicas (SEIP) acercarse a la pérdida de la compostura. Estudiar lo inexplicado es su pasión. Los seguros, lo que le da de comer.Pregunta. ¿Cuántas veces le han tachado de loco?

Respuesta. Nunca, porque siempre guardo la cordura dentro de lo que es la locura de la investigación.

P. ¿Qué investigaciones lleva a cabo?

R. Suelen ser investigaciones de tipo paranormal, relacionadas con personas o con lugares. Recogemos datos para comprobar si lo que ocurre puede tener causas naturales, lo que sucede el 90% de las veces.

P. ¿La parapsicología se puede considerar una ciencia?

R. En absoluto. No se le puede aplicar el método científico, porque rigen las tres "e": efímero, espontáneo y esporádico.

P. ¿Cobran los investigadores de la SEIP por sus servicios?

R. Ni un duro. Intentamos cubrir gastos, pero no siempre se consigue.

P. ¿Usted tiene miedo de algo?

R. Sí, desde luego, de muchas cosas. Pero son terrenales y están en este mundo.

P. Y en el transcurso de su trabajo, ¿se ha sentido alguna vez realmente aterrorizado?

R. No, jamás. Sí que he sentido miedo y respeto por algunas cosas.

P. ¿Qué cosas?

R. En ocasiones, cuando realizas investigaciones en casas en las que dicen que hay espectros y fantasmas, me he encontrado con manifestaciones raras e incluso movimientos de objetos pesados a nuestras espaldas con una determinada trayectoria que sí me han hecho sentir, cuanto menos, respeto.

P. ¿Convivir con el más allá le ha hecho temer menos a la muerte?

R. Yo creo que sí. Intentar acercarse a lo desconocido te hace comprender algunas circunstancias de lo que podría ser ese mundo del otro lado donde supuestamente habitan las almas de los difuntos. Yo no puedo afirmar que esto sea así, porque no tengo pruebas contundentes. No le tengo miedo a la muerte, sino a dejar a mis seres queridos.