"El resultado del congreso puede obrar el milagro"
Francisco Granados recibe como un auténtico bálsamo el triunfo de José Luis Rodríguez Zapatero y sueña con reproducir un "milagro" similar a escala valenciana. Cree que ha muerto un modelo de partido anclado en la vinculación de intereses y espera que tres o cuatro candidatos pugnen por la dirección de los socialistas valencianos.Pregunta. ¿Se siente más cómodo en su cargo después del congreso federal?Respuesta: Mucho más cómodo, más a gusto. Veía ante mí un horizonte más bien pesimista. Veía la vida malva, en un color cárdeno, ahora la veo en rosáceo tendiendo a rosa.
P. ¿Cómo encajó la división de la delegación valenciana al congreso en dos grupos?
R. Cuando llegué me informaron de que el portavoz del sector mayoritario, José Luis Ábalos, había convocado a todos los delegados el viernes por la mañana. El sábado anterior 52 delegados apoyaron al portavoz de la delegación única valenciana y 32 a quien se presentó como portavoz de la minoría, Cipriano Ciscar. Ábalos citó a todos, parecía lógico, nadie tenía puesto el escapulario de a quien pertenecía, no deja de ser un poco humillante decir "yo soy propiedad de..." o "estoy adscrito a la cuadra de...". Ante su sorpresa sólo acudieron 62. Hubo una queja del compañero Ciscar quien transmitió que la citación se le debía formular a él. Por eso hubo eso ese malestar. A partir ahí se vivió un clima de división, de encono.
P. ¿Qué le pareció el desarrollo del congreso?
R. Dos modelos de partido han jugado su baza definitiva, espero, en este congreso federal. Me ha sorprendido que entre un colectivo electoral en el que predominaba el elemento joven haya habido tanto voto hacia un modelo del pasado. Sus defensores más significativos estuvieron detrás, apoyándolo, y lo han dirigido hacia un rumbo que no ilusionaba porque no daban el paso fundamental: acoger unas primarias, las incompatibilidades, poner coto a los mandatos, acoger toda una serie de reivindicaciones que la militancia estaba clamando.
P. Ese modelo lo encarnó José Bono.
R. Como símbolo de ese modelo han presentado un candidato que supone un viejo factor en la política y que esgrimía como bandera y único programa, sin aportar nada por escrito, el hecho de que había ganado cinco veces al PP en su región, pero la militancia ha reaccionado. No era eso lo que se buscaba y lo que esperaba la sociedad del partido socialista. Para que la renovación sea creíble tiene que empezar por la renovación de caras.
P. ¿Lamenta lo ajustado del triunfo de José Luis Rodríguez Zapatero?
R. En el modelo B, por así decirlo, se alistaban otras dos candidaturas que también daban grandes dosis de renovación. Una más tradicional, en la línea socialdemocráta patrocinada por Alfonso Guerra; y otra que ha representado Rosa Díez, con todo su empuje y dinamismo, que se diferenciaba poco de la de Rodríguez Zapatero.
P. ¿Influirá la estela del congreso federal en el nacional?
R. Mi propuesta va a ser una repetición del congreso de Madrid. Ahora estamos ante la necesidad de celebrar aquí nuestro congreso trasladando los mismos esquemas. Ya tenemos el camino a seguir. Mi propuesta a la gestora, esta misma semana, será abrir el periodo de presentación de candidaturas y acomodar la ponencia política. Habrá que estudiar los avales necesarios porque no podemos abrir una barra libre para que todo el que quiera se pueda presentar. Apenas queda un mes efectivo y la foto fija del congreso que hemos vivido va a perdurar.
P. ¿Desaparecerán las familias como reclama Zapatero?
R. Antes me preocupaba mucho que hubiera un acuerdo previo entre las familias. He luchado por eliminar las familias pero con poco éxito porque las cosas son como son. En pocos meses es imposible cambiar un modelo de funcionamiento, de estructura, de vinculación de intereses prefijado durante años. Pero creo que el resultado de este congreso puede obrar el milagro. El patrocinio de familias ya no puede funcionar entre otras cosas por la rebelión de los delegados. El modelo ha muerto. Con voto secreto, las obediencias escapan al control.
P. ¿Serán capaces los socialistas valencianos de celebrar un congreso sin tutelas?
R. Confío en que sí. Hasta el momento no hemos sabido imponer la disciplina por una serie de circunstancias que están en el ánimo de todos y por un vacío de poder que ha sido sustituido por el poder de otros ámbitos, como comarcas o agrupaciones incluso. Aquí cada uno ha hecho lo que le ha parecido en la impunidad de que nunca pasaba nada. Pero el mensaje que lanza el secretario general es que eso se ha acabado. Si cada uno asume la cuota de responsabilidad mínima que se le supone no será necesario acudir a la vía disciplinaria. Pero si no, la llamada de atención está dada.
P. ¿Cuántos candidatos espera que se presenten?
R. Vaticino que tres o cuatro.
P. ¿Quién será capaz de elaborar un discurso sólido?
R. Un equipo.
P. ¿Ha sido marginado Ciscar?
R. Ciscar, que es un político de raza, un veterano, sabe que la política es una noria que gira constantemente y unas veces te pilla arriba y otras vas cayendo y te pilla abajo. La rueda ha hecho que Ciscar haya adoptado otra posición. Hay que acoger esto como algo normal. No vale la pena que nos empeñemos en guardar rencor, tramando planes de venganza. Un político de raza sabe cuáles son los mecanismos para volver a recuperar el crédito, porque el crédito se pierde, no sólo entre los compañeros, sino entre la ciudadanía.
P. ¿Por qué ha perdido el crédito?
R. Todos los que nos dedicamos a la política para ser consecuentes debemos llevar a cabo ciertas reflexiones: "Yo he perdido estas elecciones ocupando este, este y este cargo, alguna responsabilidad tendré. Si tengo alguna responsabilidad, un sentido mínimo de la honestidad política me obliga a someterme a la purga, de buen grado, para que pasado cierto tiempo mis compañeros, primero, vuelvan a reconocer mis valores, para ver si la sociedad, después. me vuelve a reconocer". Y no pasa nada. Pero seguir quemando durante años, lustros, la mecha del activismo, pensando "da lo mismo ganar que perder porque yo siempre estaré arriba que para eso tengo mis acólitos a mi servicio que me van a guardar las espaldas y ahora me pagarán los favores que les he hecho". Eso es un modelo de política, y aquí habla más el deseo que la razón, que creo que ha debido morir en el congreso.
P. ¿Usted se creía retirado definitivamente?
R. La política siempre es lo relativo. Cuando decimos "yo me retiro, decididamente ya no vuelvo", y hablo por mí, uno pone esa voluntad. Yo me encontraba muy a gusto con mi profesión después de tantos avatares en mi vida y lo que menos esperaba es que me tocara ocupar este cargo. Pero esto es la política y ahora sueño de nuevo con volver.
P. ¿Aspira a ser presidente del PSPV en un tránsito paralelo al de Manuel Chaves?
R. He hablado de mimetismo con el congreso federal, pero aquí hay muchos candidatos para la presidencia. Yo no voy a pelear por nada que no sea algo más de tranquilidad.
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