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MOTOCICLISMO Gran Premio de Holanda

Crivillé se reconcilia con el podio en Assen

El campeón de 500cc acaba segundo, tras Barros, en una carrera marcada por la lluvia

El cielo repartió ayer la suerte en la catedral del motociclismo europeo. La lluvia intermitente fue la principal protagonista de una jornada que volvió a apretar la clasificación del Mundial de 500cc debido a la prematura caída del líder, Kenny Roberts (Suzuki), y a la sabia segunda posición del campeón, Àlex Crivillé (Honda). El premio gordo, tras una carrera dividida en dos partes por culpa de la lluvia, correspondió al brasileño Alex Barros (Honda), el piloto en activo con más participaciones en el Mundial, que obtuvo la segunda victoria de su larga carrera.El resultado de ayer significó mucho para los dos Alex. El brasileño, de 30 años, pupilo de Sito Pons, cerró una larga sequía de éxitos que duraba desde 1993, cuando logró su única victoria en 138 grandes premios. Para el noi de Seva, que había visto caerse a Roberts, líder del Mundial, en la primera vuelta, la segunda posición terminó un mes de decepciones.

Justo en el ecuador del campeonato del mundo, Crivillé aún puede pensar en defender su título. Ahora está quinto en el Mundial, a 46 puntos de Roberts. También para el otro candidato español, Carlos Checa (Yamaha), sirve esta lectura. No tuvo un buen fin de semana, pero la quinta posición recorta su desventaja (está a 14 puntos) respecto al estadounidense.

De todo lo ocurrido en la extraña jornada de ayer, el peor parado fue Roberts, que se marchó con un cero en el casillero, con un fuerte golpe en la espalda y sin poder participar en la rifa en que se convirtió la carrera por culpa de la meteorología. El piloto estadounidense arrancó como una flecha, pero su ataque inicial le costó caro y acabó pronto en el suelo.

Entonces fue el italiano Loris Capirossi quien asumió el mando. Su día también tuvo emociones contradictorias. Por la mañana, en el último entrenamiento, se cayó y se rompió la mano izquierda. Fue duda hasta el último momento, pero acabó saliendo infiltrado y se permitió el lujo de encabezar la carrera... hasta que la lluvia apareció para arruinar su esfuerzo.

El aguacero provocó que la prueba se interrumpiera cuando se llevaban sólo tres vueltas, y a los pilotos les tocó jugar a la ruleta de la elección de neumáticos. El cielo no daba señales claras y nadie sabía qué hacer. Al final se vieron diferentes apuestas y combinaciones de gomas para todos los gustos.

El segundo arranque, con la pista aún mojada, favoreció a los que llevaban ruedas con más dibujo. Pero enseguida empezó a secarse la trazada y tanto Barros como Crivillé, con neumáticos intermedios, pasaron a las primeras posiciones. Ellos se jugaron el triunfo: aunque Crivillé cruzó primero la meta, ganó Barros por la suma de tiempos de las dos mangas, ya que el brasileño tenía dos segundos de renta de la primera parte, cuando había salido mucho mejor que el campeón.

"Perdí la opción al principio porque me quedé atrapado y Barros y Capirossi se escaparon", reconoció Crivillé. "En la segunda manga intenté despegarme de Barros, pero no pude y la segunda posición es buena para el campeonato".

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