Camacho tiene el rival que quería

La pregunta fue obligada: "¿A quién prefiere usted para los cuartos de final?", interrogó un periodista a Camacho tras el partido. "A Francia", contestó el técnico sin dudarlo. Pues ahí la tiene. Desde un punto de vista futbolístico, partiendo de que la mayoría de los especialistas señalan a la francesa como la selección favorita para el título, y a su vera se sitúan los corredores de apuestas, los deseos de Camacho no parecen tener demasiado fundamento. Si algún equipo dijo algo en voz alta en el arranque del campeonato, amén de Portugal, fue Francia. Pero Camacho tenía una razón para pensar así. No quería ver ni en pintura a Holanda. No quería vérselas con el anfitrión. Por la presión, por el público, por los árbitros... Quién sabe. Con todos los respetos del mundo para Francia, piensa Camacho, bienvenida sea.Cayó ayer Francia ante Holanda (3-2) y eso la llevó a quedar segunda de su grupo. Pero fue aquella una Francia falsa, que nada tiene que ver con la que el domingo se plantará en Brujas para medirse a España. Del once titular que ayer puso en liza Lemerre, seleccionador francés, sólo uno es titular indicutible: Desailly. El resto, pese a ser futbolistas de cierto rango, como Leboeuf, Pires o Trezeguet, no tienen un hueco entre los favoritos de Lemerre. Zidane, el indiscutible por excelencia, suele estar rodeado de otros cómplices. Como su socio Djorkaeff. O como Deschamps y Petit, a su espalda, y Henry o Anelka en el frente de ataque. Francia fulminó a Dinamarca en su primera aparición en el torneo, en la que asustó por su estado de forma, y pudo con la mejor versión que se ha visto de la eliminada República Checa.

A diferencia de Camacho, a Lemerre le daba igual el rival en el siguiente partido. Y así lo reconoció públicamente. Menos evasivo fue Camacho, que esgrimió un motivo sentimental para preferir a Francia: "Si somos eliminados, mejor que lo haga el campeón del mundo", dijo ayer. Ese equipo que fue campeón del mundo mantiene prácticamente intacto el grupo que en el 98 le dio el título. Intacto de medio campo para atrás, y algo distinto en el ataque por la presencia de Anelka, que no estuvo en el Mundial, y de Henry, que aun siendo reserva fue el máximo goleador.No han sido habituales los enfrentamientos de España y Francia en partidos oficiales. Sólo se han producido cuatro y el bagaje no puede ser más desalentador para España, que no ganó en ninguno. El único resultado mínimamente positivo se produjo en el antecedente más cercano, el segundo partido de la anterior Eurocopa, la del 96 en Inglaterra, en el que un gol de Caminero igualó el que anteriormente había conseguido Djorkaeff. Antes de eso, Francia había dejado a España fuera de la Eurocopa del 92, venciéndola en ambos partidos (3-1 y 1-2). Y en el 84 evitó que consiguiera el título en la Eurocopa disputada en la propia Francia. Entonces, España se plantó en la final de forma heroica, con gol de Maceda en el último minuto ante Alemania incluido. Pero en esa final se produjo la famosa falta lanzada por Platini que se coló por debajo del cuerpo de Arconada, mal presagio éste si se tiene en cuenta el papel de los porteros españoles en lo que se lleva de Eurocopa.