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AUTOMOVILISMO Rally Acrópolis

Sainz cede el paso a McRae

El piloto español 'regala' la victoria al escocés por órdenes de equipo

Enemigos para siempre. Así podría titularse la relación entre Carlos Sainz y Colin McRae, dos de los mejores pilotos de rallies de los últimos años, cuyos encuentros se cuentan desde la rivalidad y la polémica. Ayer en Grecia, durante la última etapa del Rally Acrópolis, se escribió otro capítulo de esta historia de desamor. McRae ganó la prueba por delante de Sainz, al término de una etapa marcada por las discusiones entre los dos pilotos de Ford y los responsables del equipo, que pretendían que no lucharan entre ellos y que aseguraran el doblete.Cuando Sainz fichó por Ford al final de la pasada campaña, todos le recordaron su anterior experiencia como compañero de equipo de McRae. En 1995 y 1996 ambos habían coincidido en el seno de la escudería Subaru, y sus enfrentamientos habían sido más que intensos. ¿Quién no se acuerda del Rally Catalunya de 1996, en el que McRae montó un numerito al final del rally para cumplir las órdenes de equipo y dar el triunfo a Sainz tal como habían acordado? ¿Y el RAC Rally de 1995, cuando el equipo potenció la victoria de McRae en la prueba antes que la opción de Sainz al título mundial?

Cuatro años más tarde, la historia se repitió, esta vez en Grecia. El sábado por la noche, al final de la segunda etapa, ya quedó claro que el triunfo no podía escapar a Ford. McRae y Sainz aventajaban claramente a cualquier rival, y al acabar la segunda etapa el escocés le llevaba más de medio minuto al español. Los directores del equipo pretendieron un pacto de no agresión, que los dos pilotos se conformaran con esas posiciones, que no arriesgaran el doblete y que aseguraran el éxito de la marca.

Momentos de crisis

No se trataba de órdenes de equipo explícitas, pues están prohibidas en el Mundial, sino de que ambos pilotos adoptaran una actitud más conservadora. Sainz no estuvo de acuerdo, pues aún quedaban siete tramos cronometrados para el último día (141 kilómetros), terreno suficiente para remontar. Así se fraguó el lío para la etapa final, en la que el piloto madrileño mantuvo el ritmo, mientras que su compañero rival, aflojó. Sainz se colocó en cabeza y fue el piloto más rápido de la jornada; la crisis en el seno del equipo fue evidente.

Al final, obligado por las circunstancias, pero haciendo evidente su malestar, Sainz invirtió dos minutos más de lo normal en cubrir el último tramo, y la victoria se la llevó McRae por 23 segundos. Fue una maniobra del piloto español tan evidente como la que hizo el escocés en 1996 en Cataluña para demostrar que no se trató de un triunfo limpio de McRae. Sainz fue profesional al cumplir lo que eran claras órdenes de equipo, pero perdió de esa forma cuatro puntos para el Mundial.

"Mentiría si digo que estoy contento", dijo ayer el piloto madrileño. "El Focus ha funcionado de maravilla y creo que podía haber ganado este rally, pero entiendo que lograr un doblete con todos nuestros principales rivales fuera de carrera era lo más interesante para el equipo. Prometo que muy pronto subiré a lo más alto... Lo importante es que antes de la carrera estábamos a 24 puntos de Richard y ahora hemos pasado a estar a 15". El campeonato sigue encabezado por el inglés Richard Burns (Subaru), que ayer abandonó por una avería, con 38 puntos; seguido del finlandés Gronholm -que tampoco puntuó por abandono- y McRae, con 24. Sainz es cuarto, con 23. La próxima prueba -la octava de la temporada- se disputa en las suaves carreteras de tierra de Nueva Zelanda del 14 al 16 de julio.

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