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GENTE

LOS NORUEGOS APOYAN A SU PRÍNCIPE

Desde que el príncipe Haakon de Noruega asumió públicamente la defensa de su novia, Mette-Marit Tjessem Höiby, su relación amorosa se ha convertido en un asunto prioritario en las preocupaciones de los ciudadanos del país nórdico. Según una encuesta publicada por el diario Verden Gang, siete de cada diez noruegos respaldan el derecho del heredero a enamorarse de una mujer del pueblo y aceptan que ésta sea su futura reina. No es de la misma opinión una cuarta parte de los noruegos, que consideran una verdadera desgracia y un debilitamiento de la institución monárquica la posibilidad de que Mette-Marit llegue algún día a convertirse en reina. El mayor problema no parece ser tanto el origen plebeyo de la joven -al fin y al cabo tampoco la reina actual, Sonia, pertenecía a la nobleza-, sino un turbio pasado que incluye la vida en común con el que acabaría siendo el padre de su hijo, condenado recientemente por problemas de drogas. Asimismo consideran que la relación amorosa de Haakon deja de ser un asunto privado, tal como él argumentó en su fervorosa defensa de Mette-Marit, para convertirse en un candente problema de Estado. Los más integristas apuestan por la abolición de la monarquía en caso de que la relación termine en boda. El debate no ha hecho más que comenzar. El propio príncipe Haakon considera que es positivo mientras "no sobrepase los límites de la ética y los fueros privados. Un debate limpio y no sucias intenciones". Algunos aprovechan el río revuelto para recordar que también la princesa Martha Louisa, única hermana del heredero, tuvo un sonado romance "ilícito" con su profesor de equitación, casado, que, pese a su nombre, Philips Morris, no era un hombre de humo, sino de mucha carne y hueso. Las justificadas iras de su esposa, que amenazó con toda suerte de represalias, pusieron en situación incómoda a la monarquía. Aunque el galán estaba descartado como aspirante al trono, lo que minimizaba las consecuencias, el asunto hizo correr ríos de tinta en el país nórdico durante unos días y luego se olvidó. Lo de Haakon es distinto.-

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