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FÚTBOL 32ª jornada de Liga

El Barça da vía libre al Deportivo

Los azulgrana, en un partido infame, tiran media Liga al ser goleados en el Camp Nou por el Mallorca

Àngels Piñol

O la racha del Barça era un bluf o este equipo tiene doble personalidad. El Mallorca, que llegaba en horas muy bajas, que llevaba seis partidos sin ganar, bailó ayer a los azulgrana y le metió tres goles en el Camp Nou. Van Gaal había clamado la víspera por olvidar la bofetada que le dio el Chelsea y se encontró con que el Mallorca se la devolvió con creces en la otra mejilla. Tres goles encajados en Londres y otros tres ayer. El Barça dio ayer vía libre para que el Deportivo, a falta de seis jornadas y con cinco puntos de ventaja, se lleve a Riazor la Liga. Rompió en mil pedazos su candidatura y se hundió de forma patética. Los azulgrana, que jugaron sin Guardiola, lesionado, fueron una caricatura de sí mismos. Van Gaal no estuvo tampoco mejor: relevó a Kluivert y a Rivaldo y dejó al equipo sin sus mejores delanteros. Enfurecido, perplejo, consternado, el público dejó al equipo sólo con sus miserias. Y quienes no renunciaron al masoquismo, sacaron el pañuelo y corearon olés al equipo isleño, que dio un paso de gigante para huir del descenso.No fue el partido del Chelsea una excepción. Van Gaal tenía razón: avisó que el Mallorca jugaba igual que el equipo de Vialli. Lo peor es que el técnico ni reaccionó en Londres ni ayer en el Camp Nou. Como si admitiera su impotencia para rebatir esa táctica. Mal puede aspirar entonces a ganar la Liga, la Copa y mucho menos la Liga de Campeones. El Mallorca, que tenía a su equipo medio cojo -Nadal se lesionó y Stankovic jugó media parte tocado- metió muy pronto al Barça en la sala de torturas. Y los azulgrana ya no supieron salir de allí. Les faltó orden, sentido táctico, velocidad del balón y, sobre todo, paciencia. La virtud que había derrochado una semana antes ante el Valencia. Golpeado el miércoles por el Chelsea y presionado el sábado por el Deportivo, el Barça se desquició con el gol temprano de Eto'o. Nada hacía prever algo así. Los azulgrana dominaban hasta entonces, tenían el balón y al Mallorca arrinconado en su campo con dos férreas líneas de cuatro. Pero Eto'o, un jugador cedido por el Real Madrid, se hizo con un rebote, combinó con Diego Tristán y marcó. Ni Abelardo estuvo muy acertado ni tampoco Frank de Boer. Pero el Mallorca demostró una eficacia aplastante. Una llegada y un gol.

BARCELONA 0MALLORCA 3

Barcelona: Hesp; Puyol, Abelardo, Frank de Boer, Bogarde; Gabri (Lítmanen, m.45), Xavi, Cocu; Figo, Kluivert (Dani, m.73) y Rivaldo (Simao, m.62).Mallorca: Leo Franco; Olaizola, Siviero, Nadal (Fernando Niño, m.17), Miquel Soler; Lauren, Engonga, Ibagaza; Stankovic (Carreras, m.45); Diego Tristán (Carlos, m.71) y Eto'o. Goles: 0-1. M.14. Eto'o recoge un rechace, combina con Diego Tristán, y el camerunés supera a Abelardo, se adentra en el área y bate por bajo a Hesp. 0-2. M.73. Frank de Boer intenta un control con el pecho, pierde el balón y Eto'o recoge el balón, se escapa y bate a Hesp. 0-3. M.75. Eto'o centra desde la banda derecha y Carreras se rifa a Puyol, controla con el pecho y chuta a la red. Arbitro: Turiezo Alvarez. Amonestó a Cocu, Stankovic, Olaizola, Fernando Niño, Eto'o, Lauren y Kluivert. Unas 60.000 personas en el Camp Nou.

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Toda la solvencia que había demostrado el Barça con su luminosa racha de nueve victorias consecutivas quedó hecha añicos. El desastre ya empezó en Stamford Bridge, cuando encajó tres goles en ocho minutos. El partido se convirtió en un torbellino. En un vaivén rápido, de izquierda a derecha, de derecha a izquierda. El medio del campo del Barça, con Gabri, Cocu y Xavi, no existió. Xavi no pudo conducir el timón y el equipo acusó la ausencia de la lucidez de Guardiola, despreciado hace días por Van Gaal al asegurar que la racha del equipo se debía a Hesp y Frank de Boer. El Barça fue un equipo sin locomotora y descarrilado. Gabri procuraba entrar por el medio del área como un obús, Rivaldo seguía ausente y Kluivert estuvo menos letal que otros días. Como cuando hizo un quiebro espectacular y chutó a la media vuelta. Visto el panorama, Figo se multiplicó por mil. Sólo así se entiende que se llevara un balón desde el medio campo e intentara un gol a lo Ronaldo. El Mallorca siguió haciendo historia -nunca había ganado en el Camp Nou- y haciendo su partido perfecto. Agazapado y esperando el contragolpe. Diego Tristán pudo sentenciar ya antes del descanso. Le faltó fortuna porque remató y Hesp, casi sin buscarlo, se encontró con el balón en los guantes.

O se producía un milagro o la Liga se iba. Quedaba sólo que Rivaldo resurgiera con un golpe de genialidad o que el omnipresente Figo hiciera una de las suyas. Nada de eso ocurrió. El público mantuvo la ilusión con una falta que ejecutó el brasileño pero la estrelló en la barrera. Y media grada la tomó con su ídolo, últimamente decaído. No hizo nada más el Barça salvo un par de acciones de Kluivert y Abelardo. Fue entonces cuando Van Gaal perdió la libreta y todos los papeles. El holandés ordenó un cambio que sólo entenderá él: despreció la capacidad de decisión del mejor jugador del mundo y lo relevó por Simao. Casi parecía más un castigo que otra cosa. Y la grada acogió, perpleja, entre pitos y palmas, la sustitución.

No pasaron ni diez minutos y llegó el descalabro. Carlos, solo, falló ante Hesp pero Eto'o no. Frank de Boer cometió un error espantoso en un control y le regaló el gol. Van Gaal relevó entonces a un perplejo Kluivert por Dani. Fue casi simultáneo: Eto'o sirvió el tercero a Carreras, un ex azulgrana que sacó los colores a Puyol. El Camp Nou se enfureció con Frank, se ensañó con Lítmanen que sigue sin dar noticias de por qué vino al Barça y con todo el mundo. Hubo una espectacular bronca, algún pañuelo y la peor respuesta: la indiferencia. El público desfiló y el Barça se quedó sólo. No se equivocó la afición: Eto'o y Engonga estuvieron a punto de redondear una goleada todavía más escandalosa que casi despide la Liga.

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