Salónica tendrá a un Barça guerrillero

La tremenda capacidad para crecerse en las dificultades y las muñecas afinadas de Gurovic y Goldwire le dieron al Barça el pasaporte para la que será su séptima final a cuatro. El Olimpia de Liubliana demostró un espíritu indomable y esa admirable capacidad para sacar lo mejor de cada uno de sus jugadores. Acabó mordiendo el polvo pero en el cómputo global se diría que aprovechó mejor sus recursos, notables, pero en cualquier caso y a ojos vista, menores que los de un Barça que tuvo que darle vueltas y más vueltas para imponerse.El Barça atacó sin lograr el zarandeo de la defensa eslovena que estuvo, de salida, de lo más a gusto en su caparazón. La pelota quemaba en las manos de los jugadores azulgrana que no discurrían ningún plan que valiera la pena. El ataque estático torturaba más al propio Barça que al Olimpia. Perdía balones y cometía faltas en ataque el equipo de Aíto y esas dudas le pasaban factura también en defensa. El Olimpia nadaba a favor de corriente y Milic y Golemac se movían como peces en el agua, anotando y dividiendo el muro del Barça (6-15).

Necesitaba un cambio de ritmo el Barça. Un par de contrataques, un par de canastas fáciles, un triple de Goldwire a la carrera... Sustentado en su superioridad en el rebote, encontró todo lo que buscaba el Barça. Pero todavía necesitaba meter más leña en el fuego y Aíto no dudó en cambiar a su quinteto de salida prácticamente en bloque y en ordenar una defensa presionante por toda la pista. El Olimpia cayó en barrena. Goldwire y Gurovic estuvieron inmensos, el Barça anotó tres triples casi consecutivos y le dio la vuelta al marcador en un abrir y cerrar de ojos (20-19). Pero los eslovenos demostraron que estaban dispuestos a vender cara, carísima su piel. Devolvieron los triples en los momentos de mayor euforia en el juego azulgrana y sólo su inferioridad en el rebote les hizo perder comba por momentos (30-24). Las defensas se hicieron asfixiantes y predominó el juego subterráneo. También en esta faceta el Olimpia estuvo a la altura de las circunstancias.

La segunda parte mantuvo las mismas constantes. El Barça no pudo aprovechar el potencial de Dueñas y no consiguió imponerse netamente en ningún momento a pesar del recital de Gurovic, en su mejor partido probablemente desde que viste de azulgrana. Hubo que ir, sino a una muerte súbita, sí a un final agónico en el que el Olimpia llegó a situarse a tres puntos, 66-63, a 25 segundos para el final. No falló Goldwire que lo dejó prácticamente para sentencia. Pero los eslovenos insistieron a pesar de que sólo quedaban cinco segundos: 69-66. Otra vez resolvió Goldwire desde la línea de tiros libres.