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La OPEP decide producir más petróleo a partir del sábado pese al rechazo de Irán

ENVIADO ESPECIALLa Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), reunida en Viena, alcanzó en la madrugada de hoy un acuerdo para aumentar su producción de crudo en 1,7 millones de barriles diarios a partir de este sábado, 1 de abril. La medida, vigente hasta junio próximo, supone la victoria de la propuesta de Arabia Saudí sobre la de Irán, que se excluyó del pacto, y una concesión a medias a las exigencias de EEUU de que se pusiesen en el mercado 2,5 millones de barriles más al día. La evolución del precio del petróleo en los mercados, a partir de hoy, decidirá si los países industrializados tienen que seguir preocupados por la elevada inflación y los consumidores, por los precios de los carburantes.

Con este aumento, la producción de la OPEP vuelve exactamente a los niveles de marzo de 1999, fecha en que se decidió el último recorte, de la misma cantidad que la subida decidida ayer. Aquella decisión dio el pistoletazo de salida para que los precios se disparasen un 150% en los últimos doce meses. La cifra pactada anoche, tras más de seis horas de discusiones, supone una subida real de la producción de sólo medio millón de barriles, puesto que, según los últimos datos de las agencias internacionales de energía, la producción de los diez miembros de la OPEP (Irak está excluido) que suscribieron los recortes alcanzó en febrero 24,160 millones de barriles diarios. Esto supone un exceso de 1,2 millones sobre las cuotas fijadas en marzo de 1999, vigentes hasta el sábado.

Con Irak, la producción del cartel superará los 28 millones de barriles diarios. Según los analistas, la nueva cuota no perjudicará la política que la OPEP ha utilizado para hacer subir el precio del crudo de 10 a 25 dólares (150%) en el último año, debido a que se aproxima el verano y porque el alza no es "muy significativa".

La lucha por imponerse a la hora de decidir cuánto más petróleo producirá la OPEP a partir del 1 de abril obstaculizó por segundo día consecutivo el cierre de un pacto entre los once miembros de la organización, y acabó con la ruptura de la unanimidad en el seno del cartel.

Las divergencias estuvieron presentes desde que comenzó la reunión el lunes, pero lo que ese día fue un enfrentamiento entre el bando de Arabia Saudí, sus socios del Golfo Pérsico y Venezuela contra el de Irán, Libia y Argelia derivó ayer en un duelo entre saudíes e iraníes. El ambiente en la reunión fue tenso. No obstante, todos esperaban que la unidad de la que la OPEP viene haciendo gala en el último año y medio se mantuviese. No fue así, y al final se llegó a la ruptura.

Arabia Saudí, el primer productor de la OPEP, insistió en un alza de 1,7 millones de barriles diarios, pero Irán no estaba dispuesto a ceder en un aumento mayor de 1,2 millones. La cifra que apoyaba Irán, la segunda potencia del cartel, en realidad significaba dejar las cosas como estaban, porque únicamente oficializaba el aumento de producción que los miembros de la organización ya alcanzaron de hecho el mes pasado. Venezuela, que trató de que su flamante presidencia de la conferencia de la OPEP no empezase con un fracaso, propuso una solución intermedia de 1,5 millones de barriles diarios, sin lograr que Teherán cediese.

La cifra conseguida por los saudíes está más cerca del alza de 2,5 millones que la Agencia Internacional de la Energía sugirió que los países industrializados necesitan. Hubo una última contraoferta de los saudíes de un aumento de 1,65 millones de barriles, pero Irán también la rechazó.

La jornada de ayer se vivió en un clima de mayor enfrentamiento y pesimismo que en la anterior, y los once ministros negociaron a contrarreloj un pacto que contentara a todas las partes y no defraudara las expectativas de los mercados. No pudo ser. A pesar de que tras las reuniones del lunes varios ministros habían declarado que no estaban negociando bajo la presión de los países industrializados y en especial de EEUU, fue inevitable ayer que Irán acusase al resto de sus socios de haber cedido al chantaje de los países ricos, necesitados de un petróleo más barato.

Ya antes de conocerse la decisión de la OPEP, los países industrializados pudieron respirar con alivio. En la tarde de ayer, el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, declaró en Washington "que había recibido señales positivas sobre un aumento de la producción por parte de la OPEP,que conducirá a la estabilización de los precios".

En los mercados internacionales de petróleo se produjo ayer un negocio escaso. Los operadores se mantuvieron a la expectativa, pendientes de la cumbre de Viena, y los precios no se movieron mucho. El barril de brent, de referencia en Europa, descendió 21 centavos y cotizó a 25,5 dólares.

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