Portugal propone que la UE desafíe a Estados Unidos con medidas tecnológicas y sociales

Conectar todas las escuelas de Europa a Internet y extender a todas las familias que lo necesiten un sistema de ingresos mínimos. Éstas son dos de las propuestas que Portugal, nueva presidencia semestral de la Unión Europea (UE), lanzará a los Quince la próxima semana. El objetivo es desafiar el poder económico de Estados Unidos y combatir el paro y la exclusión social en Europa mediante nuevos mecanismos. La política exterior y la ampliación al Este son otras de las prioridades del semestre.

La UE tiene ya una moneda única. Pero es menos competitiva que Estados Unidos y dobla su índice...

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Conectar todas las escuelas de Europa a Internet y extender a todas las familias que lo necesiten un sistema de ingresos mínimos. Éstas son dos de las propuestas que Portugal, nueva presidencia semestral de la Unión Europea (UE), lanzará a los Quince la próxima semana. El objetivo es desafiar el poder económico de Estados Unidos y combatir el paro y la exclusión social en Europa mediante nuevos mecanismos. La política exterior y la ampliación al Este son otras de las prioridades del semestre.

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La UE tiene ya una moneda única. Pero es menos competitiva que Estados Unidos y dobla su índice de paro, lo que deteriora al euro frente al dólar y mina el poder europeo. Lisboa pretende coger ese toro por los cuernos en una cumbre especial sobre empleo, competitividad y cohesión social, en marzo. "Queremos que contribuya a definir una estrategia para convertir a Europa en el espacio más competitivo, con la economía más dinámica del mundo, capaz de mantener un crecimiento sostenido y de consolidar la cohesión social", resumió ayer el primer ministro, António Guterres, a un grupo de periodistas europeos.Desde 1993, los europeos fracasan en sus múltiples iniciativas contra el paro. Primero fue el Libro Blanco de Jacques Delors, luego el Pacto de Confianza por el Empleo de Jacques Santer, más tarde los procesos abiertos en las cumbres de Luxemburgo (inserción en el mercado de trabajo), Cardiff (reformas estructurales) y Colonia (diálogo macroeconómico). Casi todo ha resultado fallido y virtual, salvo algunas grandes autopistas diseñadas en el libro de Delors y los programas nacionales de empleo alumbrados en Luxemburgo, con compromisos concretos para fomentar la inserción laboral juvenil. Y las opiniones públicas están como santo Tomás, quieren medidas tangibles para creer.

Ahora, Portugal pretende concretar esos catálogos de buenas intenciones mediante un paquete de medidas que propondrá a los Quince para aprobarlas en marzo. La novedad es el énfasis en la difusión escolar de las nuevas tecnologías, complementado con un programa "social" más clásico. Guterres adelantó alguna, como la conexión de todas las escuelas europeas a Internet.

¿En qué plazo? En uno "parecido" al que ha necesitado su país, dos años para la escuela secundaria, y otro tanto para los escolares de menos de 10 años. ¿Con qué financiación? Apenas habrá que recurrir a los presupuestos, según Guterres, puesto que "como los mercados son tan competitivos, cuando se den cuenta de que los 15 Gobiernos coordinan su demanda, responderán automáticamente". Lo ilustra esta tesis con su promesa electoral de abrir un millón de direcciones electrónicas de e-mail: "Un mes después, dos compañías las han ofrecido gratuitamente".

Otro botón de muestra es la lucha contra la pobreza. Se trata de que la UE fije "objetivos concretos" de reducción de la exclusión social, equiparados a los resultados de los países con mejores resultados en el mundo, en cuyo cumplimiento los Gobiernos deberían comprometerse. Y que serían acompañados por programas sociales diseñados por la Comisión, así como por instrumentos complementarios, como el ingreso familiar mínimo (parecido a la pensión no contributiva) que se ha implantado en Portugal.

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"No se trata de inventar un cuarto proceso después de Luxemburgo, Cardiff y Colonia, sino de concretarlos", insisten al unísono todos los miembros del Gobierno portugués, haciendo ejercicios de modestia.

Ejército europeo

Otra gran prioridad será empezar a crear los mecanismos de la Política Exterior y de Seguridad Común (PESC) decididos en Helsinki, un Comité Militar, un Comité Político y de Seguridad -que con carácter provisional empezarán a funcionar en marzo- y un cuerpo armado de 50.000 soldados, que debe estar listo antes del año 2003. Para ello, Guterres y su ministro de Exteriores, Jaime Gama, se han reunido esta semana con míster Pesc, Javier Solana.

Finalmente, Portugal ha incorporado al calendario de su presidencia una importante reunión de ministros de Defensa, que empezará a diseñar el nuevo cuerpo y a distribuir cuotas de contribuciones nacionales. Aunque por prudencia y para no molestar a los neutrales, todos siguen diciendo que este cuerpo "no será un Ejército". Púdico disfraz de palabras. La única diferencia es que "no tendrá una estructura permanente, sino elementos reunibles en cierto tiempo", como subraya el secretario de Estado Francisco Seixas da Costa. Pero dispondrá de un mando unificado, de una planificación conjunta y de unidades designadas, que es el núcleo de un Ejército. Y, además, cualquier Ejército nacional también tarda cierto tiempo en reunir sus unidades para una determinada operación.

Sus funciones son claras, no son las de Defensa, que siguen confiadas a la OTAN, sino las de mantenimiento e imposición de la paz (como en Albania o en Kosovo). Un asunto pendiente y que quedará pendiente este semestre es el ámbito de actuación de este cuerpo: ¿se limitará sólo al territorio europeo?

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