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Entrevista:A. MOURA PRESIDENTA DE ARAKERANDO

"La cultura gitana debería figurar en los libros de texto"

La participación de los gitanos en todos los ámbitos de la vida social y la promoción entre los payos del conocimiento de la cultura gitana. Estos son, en opinión de Alexandrina Moura da Fonseca, presidenta de la asociación de promoción gitana Arakerando, con sede en Alicante, los dos báculos con los que se debe iniciar el camino hacia el lugar donde ambos pueblos lleguen a entenderse. Alexandrina baja a la arena todos los días a batirse el cobre por su principal objetivo: llamar la atención a los payos que se empeñan en ningunear a una comunidad presente en la Península Ibérica desde hace siglos, y que actualmente engrosan 800.000 ciudadanos españoles de pleno derecho. Pregunta. Arakerando es una asociación de promoción del pueblo gitano. ¿En qué sentido debe promocionarse?

Respuesta. Hay que iniciar una labor con los colegios, los institutos y la Universidad, para que haya un conocimiento mayor de lo que es la población gitana. No somos tan diferentes, tenemos muchas más cosas en común que diferencias.

P. Luego antes de pensar en soluciones hay que avanzar en una comprensión mutua entre payos y gitanos.

R. Yo pienso que es la única forma. España se halla en un momento en que debe absorber muchas culturas distintas y si somos capaces de asimilar actitudes tan distintas a las nuestras, lo que no puede ser es cerrar los ojos y hacer como que los gitanos no existen. Queramos o no queramos, nos guste o no nos guste, estamos hablando de ciudadanos españoles.

P. Esa omisión es sangrante, por ejemplo, en la publicidad. ¿Aparecerá algún día un gitano en un anuncio?

R. Los medios de comunicación en general tienen una parte de responsabilidad muy grande. A mí, el que una señora de a pie pueda pensar que yo soy diferente a ella me da igual hasta cierto punto, porque pienso que esta persona en el fondo tiene un desconocimiento, una ignorancia. Pero que los medios de comunicación sean capaces, de una forma tan irresponsable, de publicar que cuando un individuo es un delincuente y no un gitano es J. L., pero cuando es un gitano es "fulanito de tal, de la raza gitana"... ¿Acaso tenemos una etiqueta especial? Ellos no saben el daño tan grande que hacen.

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P. ¿Ha sufrido racismo?

R. Pues sí, aunque soy una persona afortunada dentro de la población gitana, porque gracias a Dios no he tenido que vivir nunca en un barrio marginal ni he tenido que ir a un colegio distinto, pero también por ser distinta en un medio normalizado tengo mis problemas. Es triste que haya niños que en determinados momentos tengan que negar que son gitanos por temor a no ser aceptados en los ámbitos donde se mueven. Pero también es muy curioso que cuando uno llega a la edad adulta, empiece a sentir orgullo de lo que es, a pesar de todas las dificultades y de lo mal visto que está ser gitano.

P. ¿Cuáles son las soluciones más urgentes para erradicar la marginalidad en la que vive la mayor parte del pueblo gitano?

R. En primer lugar, la educación. Todos sabemos que los niños van al colegio. ¿Qué ocurre? Que cuando llegan a casa, suelen tener un apoyo de sus padres. En este caso no hay nada de eso porque la mayor parte de los padres son analfabetos. También ocurre una cosa: los colegios que hay cerca de donde hay mucha población gitana son colegios donde los niños no pasan los cursos por conocimiento, sino por edades, con lo cual salen a los 14 o los 15 años y leen igual que un niño de segundo. Eso dificulta porque no pueden acceder a un trabajo en que le pidan, como mínimo, un graduado escolar. Y en los libros de texto, donde hablamos de culturas árabes, donde hablamos de la cultura judía y de otras tantas, resulta que a los gitanos no se nos conoce. Ya es hora de conocernos, empezando por ahí, porque así los niños no gitanos sabrán que los gitanos llevan muchísimos siglos en este país, que no acaban de llegar, que no son un mundo aparte, sino parte de este mundo.

P. ¿Y está la sociedad paya preparada para esa integración de los gitanos?

R. Tiene que prepararse, aunque nosotros también. Creo que no nos va a quedar más remedio a ninguno de los dos.

P. Pero la integración de dos culturas siempre implica una sumisión de la minoritaria a la dominante, y da la impresión de que los gitanos no están dispuestos a ceder en muchas cosas.

R. Esto no es del todo verdad. Yo he vivido 24 años en un sitio donde la única gitana era yo, y yo siempre me he relacionado muy bien con los vecinos y conservo muy buenas amistades.

P. Quizá el español es racista con quien es más pobre que él.

R. Claro. A nadie le gusta tener al lado a una persona que no es decorativa.

P. Usted es una mujer independiente, que toma sus propias decisiones y dicen que eso va contra las costumbres gitanas. ¿Es cierto o es un tópico?

R. Las mujeres gitanas siempre han tomado las decisiones en casa, pero no públicamente. Yo he tenido la suerte de que en mi familia siempre me han empujado a ser yo misma.

P. Otro tópico dice que los gitanos son tan racistas con los payos como los payos con los gitanos.

R. Se da un poco de todo. Algunos no quieren perder la identidad, pero también es cierto que nunca una minoría marginó a una mayoría.

Alexandrina Moura da Fonseca con unos niños de Montoto./JOAQUÍN DE HARO

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