El Barça casi desperdicia tres goles de ventaja
El Oviedo, arrollado en la primera parte, aprovechó las carencias defensivas azulgrana
La crisis se fue con el mes de noviembre y el Barça respiró ayer feliz. Un inmenso suspiro de alivio: la primera victoria en 35 días. El Oviedo quiso imitar al Málaga;pero, pese a su inequívoca llegada, se equivocó de día y miró tarde al reloj. La cuarentena se acabó anoche en el Camp Nou. Los azulgrana se habían conjurado para darle, por encima de todo y de todos, un portazo a la mala racha, y no perdieron el tiempo. La noche era una invitación expresa para los futbolistas menos brillantes luminososy Cocu metió los dos primeros. El tercero lo puso Kluivert, que cuajó un partido soberbio. La hinchada vivió dos noches en una: se excitó con las miserias ajenas para no desesperarse ante la miopía de sus delanteros. El Barça pudo ayer firmar una goleada de escándalo. Pero la desdeñó y en el último minuto, ante un rival que jamás se escondió, no tuvo más remedio rezar para que corriera el tiempo.Rivaldo, Kluivert, Luis Enrique, Zenden... los azulgrana fallaron ayer lo imposible ante Esteban y llamaron durante unos segundos a la agonía. El Camp Nou pudo ser ayer una fiesta y se apagó con el fastidio de tener que volver a sufrir. A los tres goles del Barça, logrados en la primera media hora, respondió el Oviedo con otros dos. Luis Aragonés se resistía a pagar los platos rotos de los azulgrana y casi lo consiguió. Primero marcó Losada tras el descanso y Juan González firmó el segundo casi fuera de tiempo. Durante unos segundos, el Barça tuvo que recurrir al patadón. Tiempo suficiente para que Figo fallara el cuarto, que se resistió como nunca. El partido fue un recital de ocasiones erradas por unos y otros: las del Barça fueron infinitas. El Oviedo tuvo menos, pero se topó ayer con un sobrio Arnau, que volvió a recuperar la titularidad que, no se sabe muy bien por qué, Van Gaal le quitó.
BARCELONA 3
OVIEDO 2Barcelona: Arnau; Reiziger, Déhu, Frank de Boer, Zenden; Luis Enrique (Ronald de Boer, m.74), Xavi, Cocu (Sergi, m.67); Figo, Kluivert (Simão, m.85) y Rivaldo. Oviedo: Esteban; Danjou, Keita, Onopko, Boris; Losada, Iván Iglesias (Juan González, m. 56), Paulo Bento, Pompei; Dubovski (Bango, m.85) y Dely Valdés (Eskurza, m.71). Goles: 1-0. M. 16. Cocu remata con la zurda un centro de Rivaldo, que ejcuta una falta desde la banda izquierda. 2-0. M. 26. Nuevamente Cocu remata otro centro desde la derecha de Figo. 3-0. M. 27. Kluivert empalma desde el punto de penalti un servicio de Figo. 3-1. M. 73. Losada envía un cañonazo a la escuadra, tras un pase de Dubovski. 3-2.M. 90. Juan González aprovecha un error en el centro de la zaga azulgrana y supera a Arnau. Árbitro: Puentes Leira. Camp Nou. Unos 55.000 espectadores.
El Oviedo casi dio el susto, pero empezó alicaído. Con fallos atrás y con cierta espesura delante. Y en esa tesitura, se convirtió rápidamente en la mejor víctima que podía esperar el Camp Nou. Salió el Barça con paciencia, con orden, con tesón y con el único objetivo de no perder la cabeza. Lo consiguió. Y eso que en la arrancada Rivaldo demostró que ayer no era su mejor día. Agarrado a la plasticidad de Kluivert, a los centros de Figo y a la voluntad del brasileño, el gol se adivinó. No tardó ni un cuarto de hora. Aunque fuera a balón parado. La salvación del Barça en los días malos. El delantero holandés dibujó una falta en el lateral del área, Rivaldo centró y Cocu, llegando desde atrás, empalmó a la red. Fue la mejor forma de acabar con los nervios y la histeria, y de ahogar algunos silbidos que salieron de la grada.
No quedaba más solución que estirarse y Dely Valdés puso a prueba a Arnau. La sombra del empate se cernió sobre él, pero el canterano, muy atento, lo impidió con los pies. Fue un aviso oportuno porque en ese momento el Barça se impuso recuperar la intensidad perdida y se prohibió la relajación. La noche no era fácil. La grada, muy poco llena y dormida. Y el susto provocó la reacción. Dirigido con inteligencia por Xavi, que sustituía al sancionado Guardiola, el Barça buscó el segundo en su sala de máquinas. Figo volvió a estar ahí. El portugués centró y Cocu, en picado, volvió a marcar. La faena estaba ya hecha y quedaba sólo el aliño: otra asistencia perfecta, ésta para Kluivert, que de talón envió el balón a la red. Lo celebró haciendo el avión. La crisis había pasado a mejor vida.
Con poco que ver sobre el césped, la hinchada empezó a jalear los goles del Zaragoza y la derrota del Madrid. Quizá eso apagó la consternación por el rosario de goles que llegó a errar Rivaldo, y Luis Enrique, y Kluivert. Los azulgrana pagaron la resaca de su larga sequía de noviembre con el gol y el Oviedo lo entendió. Arnau antes del descanso ya frustró a Dely Valdés y después a Onopko, pero poco pudo hacer con el golazo de Losada. Pero el Barça recuperó su rostro perdido y empezó a reencontrarse, a parecerse más a sí mismo. El balón corría al primer toque, con intensidad y velocidad. El campo se abría y la goleada parecía que debía caer por su propio peso. Pero la miopía siguió. Xavi hasta lanzó un balón al larguero. Ronald de Boer salió y tuvo tiempo de encrespar a la grada haciendo regates junto a Arnau. La hinchada se temía lo peor. El cuarto no llegó, pero sí el segundo: Juan González batió a Arnau y los silbidos sonaron en el Camp Nou. Apenas un minuto. El tiempo que tardó el árbitro en pitar el final.
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