Como si fuera Hollywood
Lo consiguieron. Anoche, ante un público entregado, Paco Morán y Joan Pera, la pareja menos extraña, batieron el récord Guinness de espectadores de pago en una sola función teatral. La enésima y última representación de la comedia de Neil Simon La extraña pareja, que cerraba cinco años de éxito ininterrumpido, congregó en el Palau Sant Jordi a cerca de 15.000 personas -el anterior récord lo poseía una compañía de Los Àngeles con 12.990 espectadores- que rieron cada ocurrencia de los actores y les aplaudieron y vitorearon un sinfín de veces. Con una escenografía más propia del concierto de una estrella musical, la representación -retransmitida por La 2 para Cataluña- empezó pasadas las 21.30 y se prolongó hasta más allá de medianoche. Fue un espectáculo al más puro estilo Hollywood. Visto desde la fila 146, el Palau Sant Jordi parecía ayer el escenario de una convención política o incluso el encuentro anual de la secta Moon. Un mosaico de la gente más variopinta: desde la mujer emperifollada y su marido del bracito, hasta la familia entera con el hijo pequeño dormido en brazos, pasando por el dominguero en chándal que, con un bocadillo de francfort y unas palomitas en la mano dudada si alquilar unos anteojos por el módico precio de 1.000 pesetas. En resumen, una legión de extrañaparejólogos dispuestos a revivir los momentos más hilarantes (vistos por otra parte 5, 6, y hasta 12 veces).
Antes de empezar la función, un locutor muy entusiasmado recordó los distintos récords y plusmarcas que Morán y Pera han ido batiendo a lo largo de sus representaciones, y acto seguido los actores Joel Joan y Jordi Sánchez, de la serie Plats bruts, distrajeron al público ansioso con sus ocurrencias y presentaron al fin a las dos estrellas de la noche. Entonces, Pera y Morán, como dos líderes, cruzaron toda la platea y subieron al escenario. Saludaron al público, dieron las gracias por todo y sin más dilación se alzó finalmente el telón. Allí estaban Óscar y Félix. Óscar el descuidado, un desastre, y Félix el remilgado, el pupas, dispuestos a alimentar el fenómeno, a hacer reír una vez más, la última función.
