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LUCHA POR LA IGUALDAD Violencia de género

Quien visite una Casa de Acogida y escuche los relatos de las mujeres que allí se encuentran podrá entender más a fondo el uso del término "violencia de género". Siendo muy jóvenes empezaron a padecer malos tratos y han intentado dejar a sus agresores varias veces. Un promedio de siete años han tardado en denunciar abiertamente los abusos de los que eran objeto y, cuando lo han hecho, es poco lo que han conseguido: en un 81% de los casos denunciados el agresor ha seguido en libertad. Casi todas llegan sin sus pertenencias, prácticamente con lo puesto y con sus hijas e hijos de la mano. Se acercan confundidas, nerviosas. Se sienten desprotegidas y vulnerables. Ellas son refugiadas en su propio país. En lo que va de año, un total de 2.405 mujeres, niñas y niños han pasado por los centros de acogida que existen en nuestra comunidad autónoma.Estas historias personales, contadas con esa cadencia que se desprende del sufrimiento acumulado por muchos años, corroboran que existe una violencia específica que padecemos las mujeres de forma directa y que tiene que ver con la socialización y con las diferencias culturales. La historia de la humanidad (que en esencia es la historia del patriarcado) ha tenido en el sometimiento de las mujeres uno de sus principales soportes. Pese a la evolución que sin duda se ha producido en las últimas décadas, aún la sociedad en general se encuentra padeciendo las consecuencias y reproduciendo mecanismos que normalizan los malos tratos contra las mujeres y que elevan el umbral de tolerancia hacia los mismos.

De una investigación que hemos efectuado recientemente en el Instituto Andaluz de la Mujer se desprende que algunas actitudes siguen siendo tomadas como "normales" en la cotidianidad: prohibiciones, burlas, desvalorizaciones, gritos, imposiciones, insultos, amenazas. En definitiva, agresiones físicas, psicológicas y sexuales en sus más diversas manifestaciones.

Quisiera resaltar otro aspecto de este estudio. Se trata de la percepción que tienen las mujeres de la justicia impartida en casos de violencia de género. En un alto porcentaje señalan que los estamentos encargados de impartir justicia no les garantizan seguridad y valoran muchas sentencias como injustas. Si los datos demuestran una y otra vez la indefensión de las mujeres, esto debería ser suficiente para preguntarnos si la justicia está siendo tolerante con los agresores. Si eso es así, es urgente promover los cambios necesarios. Si hay que hacer una ley específica, hagámosla.

Estas son algunas ideas para la reflexión que considero importantes en este Día de la No Violencia contra las Mujeres en el que quisiera finalizar con un mensaje esperanzador. Por una parte creo que la sociedad está dando pasos firmes en cuanto al rechazo de esta violencia. Por otro lado las mujeres están alzando su voz, se ha "visibilizado" un problema latente, público ahora, anteriormente restringido a la esfera de lo privado, de las "cosas del hogar". Este es el presente, ellas pueden ir "por primera vez con la cabeza alta", como decía hace poco una de las mujeres que han pasado por estas casas de acogida.

El trabajo que resta es mucho, pero ya está empezado. Las escuelas están llenas de niñas y de niños que, inmersos en entornos educativos y familiares sensibilizados hacia este tema, pueden crecer con actitudes positivas ante la vida, con comportamientos ajenos a la violencia, con hábitos de conducta sanos. El futuro pasa por conseguir entre todas y todos una sociedad más evolucionada, más comprometida con la igualdad y con la libertad, en fin, más pacífica, más generosa, más democrática y más feliz.

Carmen Olmedo Checa es directora del Instituto Andaluz de la Mujer.

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