EA queda dividido en dos pese a la marcha de Garaikoetxea

La renuncia de Carlos Garaikoetxea a la presidencia de Eusko Alkartasuna (EA) no frenó la división interna. Algunos mantienen que incluso la agravó. La corriente fiel al líder y fundador del partido se negó a buscar una salida negociada con los críticos, pese a que éstos lograron el apoyo del 30% de los compromisarios asistentes al congreso de EA, concluido ayer en Pamplona. La parlamentaria navarra Begoña Errazti presidirá ahora el partido, pero en su ejecutiva no hay ni un solo disidente por decisión del sector oficial.

El V Congreso de EA pasará a la historia por ser el de la retirada de Garaikoetxea tras 13 años al frente de la formación, todos los que tiene el partido. Pero también el del enfrentamiento entre los que quieren que EA se fortalezca como partido socialdemócrata dentro del nacionalismo, tesis del sector oficial, y los partidarios de forzar un eje estratégico con el PNV para afrontar el reto que supone la normalización política de HB, tesis de los críticos. El sábado, Garaikoetxea sorprendió a todos anunciando que renunciaba a su reelección. El gesto no amainó la tormenta. Horas después defendió vivamente las ponencias del llamado sector oficial y descalifició las de los renovadores, hasta el punto de que el líder de estos últimos, el consejero vasco Patxi Ormazábal, tuvo que defenderse diciendo que no eran "quinquis ni maleantes". La posición de Garaikoetxea espoleó a los suyos, que no accedieron a negociar acuerdo alguno con los críticos. La oficialista Begoña Errazti resultó elegida presidenta por 434 votos (el 55,7%) frente a los 238 (el 30,5%) de la crítica Koruko Aizarna. Como secretario general fue elegido el eurodiputado Gorka Knor. EA, que nació de una escisión del PNV, cuenta hoy con tres carteras en el Gobierno vasco (dos de ellas en manos de los críticos), 389 concejales, 29 alcaldes, 18 parlamentarios provinciales, 8 autonómicos, 1 diputado en Madrid y 1 eurodiputado.