_
_
_
_

Los 'cracks' no usan perfume

Diego Torres

Santiago Solari, de 24 años, expuso lo que piensa de su profesión antes del derby: "Dicen que si le meto un gol al Madrid me voy a hacer famoso en toda España; pero a mí eso no me interesa. Dicen también que hay algún jugador del Madrid al que no le gusta el fútbol. ¿Cómo se puede ser futbolista si no te gusta el fútbol? ¿Sólo por dinero?. Me parece miserable". Y cuando se enteró de la anécdota que cuenta que los jugadores del Real Madrid se ocultan sus perfumes para no ser imitados, no reprime su indignación: "Yo no uso perfume".A Solari, uno de los personajes que salió reforzado del derby del sábado, le gusta el fútbol. Pero sólo jugarlo. Verlo, ya no tanto. El zurdo del Atlético se perdió, por ejemplo, el Barça-Madrid de hace dos semanas. No se trataba de un acontecimiento que le llamara poderosamente la atención. Y es que lleva viendo fútbol desde niño: es hijo de Eduardo Solari, un técnico argentino; sobrino de Jorge Indio Solari, que jugó con Argentina el Mundial 66 y ahora es entrenador (dirigió al Tenerife), y primo político de Fernando Redondo, el futbolista del Madrid.

Proveniente de la cantera del River Plate, la más prólífica de Argentina en la última década, Solari se formó a la sombra de talentos que luego fueron transferidos al fútbol europeo, como Ortega, Salas, Crespo... Creció junto a juveniles que actualmente son estrellas en la Liga Argentina, como Saviola y Aimar. Y lo ampararon hombres míticos del River, como el uruguayo Enzo Francescoli.

Jugador de clase como la mayoría de los zurdos, elegante con la pelota y buen rematador de media distancia, Solari había ganado tres campeonatos de Liga seguidos, una Supercopa suramericana y una Copa Libertadores cuando el club rojiblanco pagó por él 400 millones de pesetas.

Solari llegó al Atlético en enero del año pasado, y el técnico entonces, Arrigo Sacchi, le hizo jugar inmediatamente, a pesar de no estar muy conforme con su escasa masa muscular. "¡Cuando llegó sólo tenía fuerza para sostenerse!", dijo de él el preparador físico Vincenzo Pincolini. Sacchi vio en Solari un hombre de mente rápida, con una extraordinaria capacidad para asociarse con sus compañeros. Carlos Aguiar no contó con él. Y con Radomir Antic su suerte terminó por oscurecer. El serbio se afanó en colocarlo en la delantera -y cuando no marcaba lo mandaba al banquillo- y lo humillaba ante sus compañeros en los entrenamientos por su melena.

Despedido Antic, Solari se ha integrado en Madrid y en el equipo. A fuerza de polivalencia -ha jugado como interior o como extremo, por la derecha y por la izquierda- y goles -lleva tres en la Liga-, es una de las referencias del Atlético de Ranieri. Además, es el único futbolista que prefiere vivir en el centro de Madrid. Asiduo del museo del Prado, lector voraz, dispone de un piso cerca del Retiro, y es un devoto del tango. Proviene de una familia de futbolistas. Y a la hora de enfrentarse a desafíos deportivos, reacciona con la inocencia propia de los jugadores en estado puro. "Quiero ganar a todo; a las canicas, a las cartas, y al fútbol. Y al Madrid le vamos a ganar". Lo dijo y lo hizo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_