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Reportaje:

Los hijos teatrales de Tricicle

Cuando se levanta el telón y el público ve sus rostros se puede oír un ¡oh! de decepción. Sin embargo, unos minutos de actuación son suficientes para olvidar que no son el grupo Tricicle sino sus hijos teatrales. Se llaman Clownic y no existían hasta que los auténticos Tricicle les eligieron hace un año entre decenas de aspirantes para representar la obra con la que los humoristas catalanes comenzaron hace 28 años: Maniòmic. Los cinco herederos de Tricicle contaron ayer en Bilbao su gestación artística en una conferencia de prensa protagonizada por las bromas y en la que presentaron su versión de Manicòmic que estará en el teatro Ayala desde hoy y hasta el próximo 25 en dos sesiones diarias. "No defraudamos. Lo bonito es que la gente va con la intención de ver a Tricicle. Se llevan un chasco cuando salimos al escenario, pero se quedan contentos porque les gustamos mucho". "Muchísimo, porque somos muy especiales", precisa otro miembro del grupo. Se interrumpen y complementan. No paran. Son Tom Muntanet, José Varón, Eduardo Méndez, Txavi Casalls y Pepe Benítez; cinco jóvenes -"poned jóvenes"- de entre 20 y algo más de 30 años. Los cinco actores poseen experiencia teatral, pero ésta es su primera obra juntos. Les ha gustado tanto que ya han diseñado planes de futuro artístico. Además, del grupo han surgido otros que actúan por su cuenta. "Los de Tricicle están preparando otra obra suya para que la interpretemos nosotros. Como se descuiden hacemos que se olviden de ellos", comentan entre risas. La representación de Bilbao es su prueba de fuego en Euskadi. Hace unos meses actuaron en Leioa, pero dicen que la que comienza hoy es diferente. "A ver si gustamos". Su espectáculo no tiene palabras. Un humor internacional y sin límites que llevarán a Marruecos próximamente de la mano del Instituto Cervantes. "Es la obra original de Tricicle pero con nuestra personalidad. Ellos la crearon y la han dirigido, pero nosotros no somos ellos. Además así nos lo han pedido. Nos dijeron que no les imitáramos", argumentan a varias voces. La pieza Manicòmic está compuesta por cinco escenas cómicas: máscaras, pantomima, cine mudo, golpes de humor y números de payasos. "No todos participamos en todos los sketches. Los del Tricicle nos otorgaron los papeles según como ellos lo veían", explican. Los actores de Clownic recrean cada interpretación porque ellos nunca sienten igual y el público siempre es diferente. "El espectáculo es el mismo pero depende de cómo nos sintamos para que podamos introducir alguna variante e improvisar. El caso es no aburrir al público y para ello lo fundamental es que no nos aburramos nosotros", aducen. La pieza es movimiento y gestos. Sin palabras. Lo que les sirve para volver a bromear. "Mejor, porque si tuviéramos que interpretar en euskera, vaya complicación", dice Txavi Casalls con su fuerte acento catalán.

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