El culebrón del verano
La onda expansiva del culebrón de Anelka, que ha tenido en vilo durante los dos últimos meses a los medios informativos ingleses, franceses e italianos, alcanza ahora al fútbol español, probable destino final si no se produce una enésima marcha atrás de este jugador de 20 años. Terminaría así un conflicto que viene del mes de mayo, cuando Anelka anunció que no le gustaría seguir jugando en Londres. Tanto es así que se produce una contradicción flagrante entre lo que los especialistas opinan que vale Anelka y la realidad de ver al Lazio, al Juventus y al Real Madrid, tres de los clubes más ricos del mundo, dispuestos a contratar sus servicios. Trinta y nueve días después de iniciar las conversaciones, tras regresar de su último viaje a Londres, un hombre tan poco sospechoso como Sergio Cragnotti, dueño del Lazio, dijo textualmente "basta". El mismo hombre que hace un verano no tuvo escrúpulos para gastarse 14.000 millones de pesetas en fichajes (Vieri y De la Peña, entre los más renombrados) para llevar al Lazio a la élite europea, cayó derrotado ante la complejidad del caso Anelka. Tal hecho sucedió hace unos días, el 27 de julio. Dos días después, el Arsenal anunciaba que no traspasaba a Anelka y comunicaba al jugador que debía reintegrarse a la plantilla. Se habían producido numerosas reuniones, habían entrado en liza clubes como el Real Madrid (al que el Arsenal amenazó con demandarlo ante la FIFA), el Juventus y el Parma. Incluso el Marsella hizo el amago, pero se retiró ante la cuantía de la operación. Hace escasamente una semana, el caso Anelka inspiraba a muchos comentaristas, temerosos de las repercusiones que podía ocasionar el jugador al fútbol europeo si tomaba la decisión de acudir a los tribunales para que decidiera un juez sobre la cifra de traspaso. Esta posibilidad cobró mayor cuerpo cuando el abogado Jean Louis Dupont, el mismo que defendió el caso Bosman, ofreció sus servicios para llevar el caso. Hay que tener en cuenta que el Arsenal había valorado el traspaso de Anelka, según las cifras expuestas tras su negociación con el Lazio, en unos 6.000 millones de pesetas. Y el Arsenal adquirió los servicios de Anelka en marzo de 1997 por cerca de 100 millones de pesetas. ¿Qué ha hecho Anelka en dos años para adquirir ese valor, cuando apenas acaba de cumplir los 20 años de edad? Para muchos críticos su caso es consecuencia de nuevo mercado europeo: los clubes necesitan estrellas para incentivar la demanda. Y Anelka tiene ese aspecto de estrella. Y lo tiene por encima de sus estadísticas: posiblemente sus dos goles con Francia en Wembley el pasado 10 de febrero han hecho más por su cotización que los 19 tantos en su segunda temporada completa con el Arsenal. Anelka vende porque es un jugador joven y estético: su forma de jugar despierta la imaginación del público.
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