SE BUSCA LA FORTUNA DEL CONDE DE PARÍS
Cuatro de los nueve hijos del recién fallecido conde de París, Enrique de Orleans, han emprendido una batalla judicial para tratar de salvar lo poco que parece haber quedado de la fortuna que heredó su padre a principios de siglo. Lo único que Helena, Miguel, Jaime e Isabel de Orleans han conseguido hasta ahora es que la justicia francesa ordenara ayer la intervención de las dos residencias de su progenitor para "preservar su herencia": una casa en Cherisy, a las afueras de Dreux (Eure-et-Loire), y un apartamento en Levallois-Perret (Hauts-de-Seine). Un mes después de la defunción del pretendiente al trono de Francia, nadie se explica qué ha pasado con el patrimonio de la familia, valorado en un principio en 90 millones de dólares (casi 15.000 millones de pesetas). "Es incomprensible", afirmó uno de los abogados del caso, Olivier Baratelli, quien cifró en 10 millones de dólares (algo más de 1.600 millones de pesetas) la fortuna actual. "Ahora estamos haciendo un inventario para tratar de seguir el rastro de todo lo que ha desaparecido", indicó Baratelli, quien sospecha que "al final tendremos material suficiente para escribir una novela". A principios de siglo, la familia de Orleans estaba considerada entre las más ricas de Europa. El fallecido Enrique de Orleans vendió muchas propiedades a lo largo de su vida, "algo conocido por sus hijos", pero la pregunta que se hace el letrado es dónde se esconde la suma obtenida en esas transacciones. Por su parte, el nuevo conde de París, Enrique de Orleans, se limitó a afirmar que "no está al corriente de las demandas ni de acciones judiciales" interpuestas por sus hermanos. "Se trata de un asunto privado", según se comenta en su entorno. En su testamento, Enrique de Orleans dejó todo su patrimonio en usufructo a la condesa de París, de 88 años.-
