Teófila
MARÍA ESPERANZA SÁNCHEZA Teófila la conocí una tarde de hace algunos años, en la SER, hablando de feminismo y debo decir que me sorprendió el discurso moderno y fresco de la señora Martínez. Puede que haya mujeres que no se sientan feministas a fuerza de ser conservadoras, pero también es cierto que cuando una mujer conservadora comprueba lo difícil que le resulta conseguir lo que quiere, sencillamente por ser mujer, si no se convierte al feminismo, al menos se acerca mucho. De Teófila dicen que es extremadamente conservadora, pero se lo ha currado toda la vida y parece tener bien asentada en la cabeza la necesidad de la igualdad y otras reivindicaciones feministas. Como todas las mujeres que luchan, debe sentirse muy bien con su mayoría superabsoluta en Cádiz. Teófila crece políticamente: dirige, y seguirá haciéndolo tras el inminente congreso, el PP andaluz, y en Madrid tiene mano, no sólo por su cercanía al vicepresidente Rato, sino porque los votos son capaces de abrir hasta las puertas blindadas y ella los tiene. Promete acumular poder porque es un valor en alza en su partido, al contrario que su antecesor, Javier Arenas, por quien algunos dan muy poco tras el descalabro electoral que ha hecho perder a los populares buena parte del poder que tenían y no sólo en Andalucía. A tan pocos días de las elecciones, parece que hace mucho tiempo que Javier Arenas no viene a Andalucía, y no es cierto, es simplemente que los tiempos están cambiando y ahora manda Teófila. Y si lo puede todo, ¿por qué parece no tener la más mínima intención de ser la candidata que se enfrente al presidente Chaves en las elecciones autonómicas? Todo parece indicar, por un lado, que no se plantea la posibilidad de asumir un fracaso que parece cantado para el PP, ahora que para ella, personalmente, todo son triunfos; pero también es posible que quiera concentrar toda su energía en que su tiempo como alcaldesa pase a la historia de Cádiz, y en que su tiempo como presidenta del PP pase a la historia como aquel en el que la derecha rompió su techo electoral en Andalucía. Necesita tiempo y valor para hacer cambios profundos. Parece dispuesta a todo. Con esa fuerza que suelen tener las mujeres, cuando la historia las coloca en circunstancia de demostrarlo.
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