Reportaje:

Consumidores responsables

El estudio de Greenpeace afirma que tan sólo una de las 16 multinacionales estudiadas, la suiza Mil Madeireira, actúa bajo control del Consejo para la Administración Forestal (FSC), una entidad que garantiza al consumidor el respeto por la naturaleza desde que se corta la madera hasta su transformación y distribución comercial. Otra empresa, la alemana Gethal, proyecta obtener el certificado del FSC. Como suele ocurrir, la presión de los consumidores será determinante a la hora de exigir a las empresas respeto por la naturaleza, pero los canales de distribución son complicados y es muy difíci...

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El estudio de Greenpeace afirma que tan sólo una de las 16 multinacionales estudiadas, la suiza Mil Madeireira, actúa bajo control del Consejo para la Administración Forestal (FSC), una entidad que garantiza al consumidor el respeto por la naturaleza desde que se corta la madera hasta su transformación y distribución comercial. Otra empresa, la alemana Gethal, proyecta obtener el certificado del FSC. Como suele ocurrir, la presión de los consumidores será determinante a la hora de exigir a las empresas respeto por la naturaleza, pero los canales de distribución son complicados y es muy difícil controlar por dónde pasa la madera desde que se corta en la selva hasta que se convierte en mesilla de noche. Entre los principales clientes de estas multinacionales figuran, junto a países como Estados Unidos, Japón, Alemania y Reino Unido (los mismos que más dinero aportan para proteger la Amazonia), más de 10 países de las islas Antillas -varios de ellos diminutos, como Aruba, Barbados o San Vicente-, además de Corea del Norte, Tailandia, Filipinas, Irán o Líbano.

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