_
_
_
_
_
BALONCESTO Final de la N.B.A

Los Spurs se coronan

El equipo de San Antonio se proclama campeón por primera vez al ganar el quinto partido de la final ante los Knics de la mano de Duncan, el jugador más valioso

A los Spurs les bastó el quinto partido de la serie final al mejor de siete (4-1) para proclamarse campeones de la NBA por primera vez en su historia en la que ha sido también su primera final. El marco, el repleto Madison Square Garden; el rival, los Knicks de Nueva York; y el resultado, 77-78, agrandaron el triunfo del equipo de San Antonio, que toma el relevo de los Bulls de Chicago, triunfadores en las tres últimas ediciones de una competición dominada todavía por los Celtics de Boston, con 16 títulos. Los Spurs fueron el mejor equipo y tuvieron, además, al jugador más valioso (MVP) de las finales, Tim Duncan, que ocupó el puesto dejado vacante por Michael Jordan, que al año pasado otorgó a los Bulls su sexto título. "Ser campeón cuando sólo llevo dos años de profesional es como vivir un sueño", afirmó Duncan, que con 31 puntos, nueve rebotes y un tapón, volvió a ser la gran estrella de los Spurs en el quinto partido final contra los Nicks.

Junto a Duncan, el jugador más completo y serio de la competición -acabó la serie con un promedio de 27,4 puntos y 14 rebotes-, destacó la aportación del veterano David Almirante Robinson, con 15 puntos, 12 rebotes y un tapón. Las torres gemelas, como se denomina a Duncan y Robinson, han formado una pareja inaccesible para los adversarios. "Desde que era jugador universitario había esperado este momento", declaró Robinson. "Hemos hecho el mejor baloncesto durante la temporada y nos merecíamos el triunfo final".

El tercer hombre del partido fue el base Avery Johnson, que anotó la canasta decisiva a 47 segundos del final del partido y acabó el partido con ocho puntos y nueve asistencias. Acosado por Duncan y Robinson, Latrel Sprewell, el mejor jugador de los Knics (35 puntos), no pudo contrarestar el lanzamiento de Johnson en el último tiro del choque.

"Avery Johnson y Sean Elliott han tenido un peso determinante en el encuentro", corraboró Gregg Popovich, responsable técnico de los Spurs y otro de los triunfadores de la competición, pues logró también su primer título cuando al comienzo de la reducida temporada estuvo a punto de ser despedido. "Avery se merecía más que nadie la canasta que nos proclamó campeones porque fue durante toda la temporada el mejor baluarte que tuvimos dentro y fuera de la pista", resaltó Popovich. "Robinson, por su parte, es el profesional más excepcional que hay en la NBA", prosiguió el técnico de los Spurs. "Supo sacrificar su ego por el bien del equipo sin importarle las estadísticas, el lucimiento y, mucho menos, las críticas que se le hicieron para demostrarnos que gracias a él podemos ser campeones".

Robinson, que lleva 10 temporadas de profesional, recogió el guante y dijo: "Nada de mi vida va a cambiar con este título; sencillamente reforzará mis ideas de que ser honesto y ético, al final tiene su recompensa".

Los resultados refrendaron la unión del plantel de San Antonio: los Spurs, primer equipo de la desaparecida Asociación Americana de Baloncesto que logra un título en la NBA, se adjudicaron las cuatro series de la fase final fuera de su campo, algo que no se daba desde que lo consiguieron los Pistons de Detroit en 1989. Y, además, sólo perdieron dos de los 17 partidos disputados y que tuvieron como puntos culminantes sus palizas (4-0) a los Lakers de Los Ángeles y a los Blazers de Portland.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_