Carlos Sainz disputa a Burns la victoria en Grecia
El piloto madrileño afronta la última etapa a 15 segundos del líder
Carlos Sainz (Toyota) dispone hoy de los últimos cinco tramos cronometrados del Rally Acrópolis para neutralizar la ventaja de 15 segundos que le lleva el inglés Richard Burns (Subaru). Ellos dos se juegan la victoria en la etapa final de la carrera, después que los demás favoritos abandonaran o perdieran terreno en la jornada de ayer. La experiencia del piloto español en Grecia le ha puesto en disposición de pelear por su primera victoria de la temporada. Ésta es su novena participación en el rally donde consiguió su primer triunfo en el Campeonato del Mundo, en 1990. Después logró otros dos, en 1992 y 1994. En el Acrópolis cuentan más la estrategia y la sabiduría que la velocidad. Por eso, Sainz, sin haber encabezado la prueba en ningún momento y sin haber ganado ni un solo tramo, llega al momento del desenlace con posibilidades. Le quedan 90 kilómetros para atacar a Burns, aunque el inglés y su Subaru se han mostrado como el enemigo más poderoso de la prueba. "No será una misión fácil, pero lo intentaremos", dijo Sainz. Otros favoritos ya están en casa, como su compañero francés Didier Auriol, que rompió la suspensión el lunes; como el finés Juha Kankkunen (Subaru), vencedor de la anterior carrera en Argentina, que se quedó tirado ayer con un problema similar; o como el escocés Colin McRae (Ford), que se retiró víctima de una avería en el cambio. También abandonó el italiano Piero Liatti (Seat Córdoba), pero en su caso por un error propio: se salió de la pista cuando era quinto. El parte de caídos resulta aparatoso, y casi todos por culpa del sufrimiento de las mecánicas sobre los abruptos tramos de tierra del Acrópolis. De los que pelean por el liderato del Mundial, sólo Sainz, segundo, y el finés Tommi Makinen (Mitsubishi), actual líder del campeonato, sobreviven a las infernales condiciones de la ruta. Este último, no obstante, también tuvo problemas mecánicos. Para el bicampeón español, la jornada resultó todo lo tranquila que puede ser un día dentro de un coche a 35 grados, peleando a toda velocidad. Apenas algún pinchazo, casi imperceptible gracias al sistema de espuma inflable de Michelin -cuando se agujerea el neumático, la cámara se infla evitando que la rueda pierda presión-. Y así Sainz se colocó en situación de atacar a Burns en la etapa de hoy.
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