La moneda sigue en el aire

"La eliminatoria será larga". Éste era el juicio que los protagonistas emitían momentos antes del inicio de la eliminatoria entre el Caja y el Pamesa. Estaban en lo cierto. Frenesí en estado puro. Emoción, alternativas, intercambio de golpes y, sobre todo, incertidumbre. Ayer, el Pamesa mantuvo el equilibrio: selló una actuación descollante para conducir el duelo al límite.Novedades para empezar. Viento favorable para el Pamesa. Ajeno al ultimátum, el conjunto valenciano se liberó del yugo andaluz durante los primeros minutos. Respecto al capítulo del pasado viernes, dos jugadores aparecían rehabilitados. Álvarez ya no limitaba su repertorio a los triples, y el Pamesa ganaba en riqueza de recursos. Y Hopkins funcionaba como un torbellino. Estableció su particupar reinado bajo los tableros.

Ante el vendaval valenciano, sólo Turner podía cerrar las ventanas. A pesar de que Vukovic intentó asfixiarlo -hubo constantes cambios de defensores sobre Turner-, el base del Caja nunca abdicó del partido. Gracias a sus prestaciones, el combinado de Imbroda superó una primera crisis. Al descanso, igualdad. Como casi siempre. Todo parecía encaminado a otro desenlace con necesidad de marcapasos. Sin embargo, el periodo definitivo acogió una explosión del Pamesa que tuvo su embrión en un arranque de Hopkins. Con otro detalle añadido: el ejercicio de desgaste practicado sobre Turner comenzó a ser productivo. Y entonces el Pamesa recurrió a la serenidad para conservar el estado de las cosas.